
Un impactante caso de un rancho de exterminio fue descubierto en Jalisco, donde operaba un grupo criminal que llevaba más de tres años utilizando el lugar como centro de entrenamiento y ejecución.
A pesar de los sellos de suspensión colocados por las autoridades, el sitio continuó funcionando hasta principios de marzo de 2025, cuando el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco logró ingresar tras notar que los sellos habían sido violados.
La Fiscalía de Jalisco había intervenido el rancho en septiembre de 2024, asegurando el sitio y deteniendo a 10 personas, pero sin encontrar pruebas suficientes para detener su funcionamiento. No obstante, al ser revisado nuevamente por los activistas, se descubrió la presencia de crematorios clandestinos, fragmentos óseos, ropa y cientos de zapatos, lo que apuntaba a la existencia de múltiples víctimas.
Indira Navarro, integrante de Guerreros Buscadores, explicó que jóvenes que eran reclutados en las terminales de autobuses con falsas promesas de empleo, eran forzados a participar en el macabro proceso de eliminación de cuerpos, cavando fosas y operando crematorios. Además, algunos de los jóvenes eran sometidos a un entrenamiento para ser enviados a las guerrillas de Zacatecas o Michoacán.
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La Fiscalía de Jalisco emitió un comunicado aclarando que durante la intervención de septiembre hubo un enfrentamiento con los responsables, lo que permitió que varios individuos escaparan. Sin embargo, el caso pone de relieve la falta de control y la impunidad con la que los criminales operaban en la región.
Este hallazgo ha generado un fuerte rechazo en la sociedad y un llamado urgente a las autoridades para intensificar sus esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado en Jalisco, estado que sigue siendo uno de los más afectados por la violencia y desapariciones forzadas en México.