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En la colonia Lázaro Cárdenas de Reynosa, un inusual evento capturó la atención pública cuando residentes transformaron el decimoquinto aniversario de problemas persistentes con aguas residuales en una quinceañera simbólica. Esta celebración no tradicional no solo destacó la creatividad de los habitantes sino que también sirvió como una crítica visible hacia más de una década de negligencia por parte de las administraciones locales.
Durante los últimos 15 años, la colonia Lázaro Cárdenas ha enfrentado desafíos continuos relacionados con la infraestructura y servicios básicos, específicamente en el manejo de aguas residuales. Los problemas han persistido a lo largo de las administraciones de Maki Esther Domínguez y su hijo, Carlos Peña Ortiz, ambos del partido MORENA. Los vecinos, frustrados con la falta de acción efectiva, eligieron marcar este aniversario con un evento que combinó la celebración con la protesta.
Reacciones y Gestión Municipal
La respuesta de los ciudadanos ante la falta de mejoras significativas ha sido de creciente desilusión. La administración actual, liderada por Carlos Peña Ortiz, ha sido criticada por un aparente enfoque insuficiente en resolver problemas críticos como el saneamiento. Además, ha habido informes de uso de recursos municipales en campañas de imagen en lugar de en soluciones tangibles, aumentando las tensiones entre la población y el gobierno local.
Demanda Ciudadana
El acto de protesta ha resaltado la exigencia de los residentes para que se aborden estos problemas fundamentales de manera efectiva. La comunidad ha demostrado un compromiso con la búsqueda de soluciones, pidiendo a las autoridades municipales y a la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) una respuesta adecuada y rápida. La “quinceañera de aguas negras” simboliza una demanda clara por cambios que mejoren su calidad de vida.
Este evento refleja un ejemplo notable de cómo las comunidades pueden utilizar métodos creativos para expresar su descontento y presionar por acción gubernamental. En Reynosa, la lucha por la dignidad y servicios adecuados continúa siendo un punto crítico en la relación entre los ciudadanos y sus líderes políticos. Este caso subraya la importancia de la responsabilidad gubernamental y el poder de la voz ciudadana en el proceso democrático.
Por Gildo Garza