El niño de seis años logró sobrevivir a la caída de 30 metros, sin embargo, sufrió lesiones graves que lo afectarán el resto de su vida.
Este viernes, la justicia británica condenó a un mínimo de quince años de prisión, a un joven de 18 años por haber arrojado a un niño francés de 6 años del décimo piso del Museo Nacional Británico de Arte Moderno, en agosto del 2019.
La jueza anunció que el sentenciado, Jonty Bravery, está diagnosticado con autismo y trastornos de personalidad, sin embargo, como aceptó que actuó con premeditación «Sólo quería salir en las noticias», fue juzgado por intento de asesinato. «Puede que nunca te liberen», le dijo al condenado.
El presidente del tribunal destacó las lesiones sufridas por la víctima, cuya vida «nunca volverá a ser la misma». Pues la caída desde una altura de treinta metros le provocó al menor una hemorragia cerebral y múltiples fracturas en la columna vertebral, piernas y brazos.
El miedo que debió haber experimentado y el horror que sintieron sus padres están más allá de la imaginación. Tenías la intención de matar a alguien ese día. Casi matas a ese niño de seis años. El trastorno del espectro autista no explica ni justifica el ataque.
Espetó la jueza.
Hace una año, una grabación capturó la confesión del autor del crimen. Él le dijo a uno de sus cuidadores que quería matar a alguien «en los próximos meses tengo que matar a alguien, lo tengo en mi cabeza», quería ir «al centro de Londres» y «empujar a cualquier persona desde un lugar alto».
A pesar de que por su historial de agresiones estaba ingresado en una institución tutelado por el Estado, se le permitió salir sin supervisión ese día.
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