
Descubre quién es el cardenal camarlengo y su rol clave tras la muerte del Papa.
Con la muerte del Papa Francisco, anunciada esta mañana desde el Vaticano, comienza una serie de procesos bien definidos, junto con la figura del cardenal camarlengo, quien hasta ahora ha permanecido en gran parte en las sombras.
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Tanto su nombre como su rol juegan un papel crucial dentro de la institución, cumpliendo con una serie de tareas distintas. Este cardenal no solo certifica la muerte del Papa, también toma las riendas del Vaticano hasta que se elija al nuevo líder espiritual. En su haber, se encarga de varios protocolos únicos que siguen sorprendiendo al mundo.
¿Qué es la figura del cardenal camarlengo?
El camarlengo tiene una función clave que mezcla lo ceremonial, lo administrativo y lo estratégico. Se convierte en la máxima autoridad del Vaticano durante el interregno (el período sin Papa).
Sin embargo, no puede tomar decisiones doctrinales ni cambiar nada profundo. Solo se encarga de que todo siga funcionando hasta que haya nuevo jefe.
La palabra “camarlengo” viene del latín “camerarius”, que en la Edad Media era algo así como “el encargado del cuarto” (o del tesoro).
Su origen está estrechamente ligado a las finanzas de la Santa Sede, pues se consideraba el administrador del dinero del Papa. Con el paso de los siglos, su rol fue ganando peso político y simbólico, sobre todo en un momento específico: cuando muere el Papa.
Como los Papas tienen el “anillo del pescador”, el camarlengo tiene uno que simboliza su autoridad, pero solo mientras dura la sede vacante.
Un dato interesante es que la figura del camarlengo fue presentada en la novela Ángeles y demonios de Dan Brown, y aunque el libro mezcla ficción con realidad, muchos conocieron el cargo por primera vez gracias a esa historia.
¿Qué hace exactamente el camarlengo?
- Certifica la muerte del Papa: es el primero en verificar oficialmente el fallecimiento del pontífice: según la tradición, lo llama tres veces por su nombre de bautismo. Si no responde, se declara su muerte con la frase en latín: “Vere Papa mortuus est” (Verdaderamente, el Papa está muerto).
- Sella los aposentos del Papa: es el encargado de inmediatamente después, sellar las habitaciones del pontífice para preservar sus pertenencias y evitar manipulaciones.
- Es quien destruye el anillo papal: es el camarlengo quien supervisa el ritual de la destrucción del anillo del pescador del Papa.
- Organiza el funeral y el cónclave: se encarga de coordinar el funeral y todo lo relacionado con el cónclave (la reunión secreta en la que se elige al nuevo Papa).
- Administra el Vaticano temporalmente: durante ese limbo institucional, el camarlengo es el único que puede tomar decisiones administrativas, firmar documentos y coordinar servicios básicos. Nada de grandes reformas, pero sí mantener todo en marcha.
¿Cómo se elige al camarlengo?
A diferencia del Papa, que es elegido por votación secreta en el cónclave, el camarlengo es nombrado directamente por el Papa en funciones.
Generalmente, se elige a un cardenal con experiencia en la gestión administrativa o con profundo conocimiento de los entresijos del Vaticano.
El cargo no es vitalicio, pero sí suele mantenerse por muchos años, salvo que el Papa lo sustituya o él mismo decida retirarse.
Es importante señalar que no existe un “equipo de camarlengos”, aunque sí puede contar con ayudantes o con un vice-camarlengo si está ausente.
Si el Papa muere o renuncia, y el cargo está vacante, es el Colegio de Cardenales quien puede designar un camarlengo temporal hasta que se nombre oficialmente uno nuevo.
¿Quién es el camarlengo en 2025?
El actual camarlengo es Kevin Joseph Farrell, un cardenal nacido en Irlanda, con nacionalidad estadounidense, y que fue nombrado por el papa Francisco en 2019.
Farrell fue obispo en Texas, luego prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y finalmente recibió el rol de camarlengo.
Tras la muerte del Papa Francisco, Farrell fue quien confirmó oficialmente la noticia al mundo y activó el protocolo vaticano para comenzar el cónclave.
La figura del camarlengo en la Iglesia Católica representa lo administrativo con lo simbólico, y aunque no busca los reflectores, se convierte en protagonista en el momento más crítico de la institución.