El hombre, que no presenta tendencias suicidas, fue trasladado a la sección de emergencias de un hospital local en condición estable
En Greenfield, Wisconsin, se registró el inédito caso de un hombre de 36 años que ingirió tornillos para que lo ingresaran en un hospital con la esperanza de que allí le hicieran una prueba de coronavirus, informaron este martes medios locales.
Los hechos ocurridos el pasado 13 de octubre y de acuerdo con la policía, el sujeto entró en una gasolinera y solicitó una ambulancia argumentando que había creído que tenía que tragar dichas piezas para que lo ingresaran en un centro médico porque quería someterse a un test del COVID-19 y no había encontrado un lugar donde se lo hicieran.
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El hombre, que no presenta tendencias suicidas, fue trasladado a la sección de emergencias de un hospital local en condición estable, sin que las autoridades hayan ofrecido más detalles sobre el singular incidente.
Según el Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin, en la actualidad existen 42 centros de pruebas de coronavirus en el condado de Milwaukee, al que pertenece la localidad de Greenfield, incluido uno ubicado en el sur de esa zona, que todavía no estaba abierto cuando ocurrió el atípico suceso.
Jon Cohn, jefe de bomberos de Greenfield, dijo que no pudo responder ninguna otra pregunta sobre el incidente debido a su naturaleza y por las restricciones de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros. Médicos.
IPR
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