Una mala elección a la hora de adquirir una silla podría desencadenar la mayoría de los males físicos asociados a una mala postura y daños en la columna
Las largas horas que se pasan frente a la computadora en nuestros centros de trabajo podría estar perjudicando la salud de nuestra espalda sin que nos demos cuenta, y es la utilización de una silla adecuada la que nos puede salvar de futuros problemas de columna.
De acuerdo con los especialistas en la salud, una postura incorrecta durante mucho tiempo genera que la columna vertebral pierda su alineación natural además de generar fatiga, tensión muscular en hombros y cuello, dolor de espalda y cabeza.
Una mala elección a la hora de adquirir una silla de escritorio podría desencadenar la mayoría de los males físicos asociados a una mala postura, las cuales abarcan desde la forma de sentarse frente a la computadora, la incorrecta posición del cuello y cabeza, así como la forma en que colocamos brazos y muñecas mientras trabajamos.
Para saber si estamos haciendo una buena elección a la hora de escoger una silla de trabajo, es necesario considerar el impacto que ésta tendrá sobre nuestras articulaciones e incluso nuestra circulación sanguínea.
De acuerdo con la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo, más de la tercera parte de los trabajadores a nivel mundial sufre dolores de espalda, y es la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de cirugía.
¿Qué es importante en una silla de oficina?
- Asiento. Debe permitir regular la altura, así como posición de nuestro torso respecto a la mesa de trabajo. Si la silla queda demasiado baja, sufrirá nuestra zona lumbar; si es demasiado alta, forzaremos las vértebras y músculos de la parte dorsal y el trapecio.
- Tamaño. Este debe ser lo suficientemente ancho como para que podamos sentarnos holgadamente en la parte central y tengamos espacio alrededor. Además, la parte delantera del asiento debe estar inclinada hacia abajo para que no nos oprima la parte posterior de las rodillas ni dificulte la circulación de las piernas.
- Respaldo. Debe ajustarse a la espalda y ofrecer un apoyo en la zona lumbar. Es aconsejable que sea regulable en inclinación y que la silla ofrezca la posibilidad de regular su firmeza y su fijación o movilidad del respaldo. A este respecto, los respaldos vasculantes son buenos para jornadas que no excedan las cinco horas, pero si vamos a estar más rato, mejor que probemos con sillas sincronizadas, donde el respaldo bascula a la vez que el asiento se desliza adelante o atrás, con lo que nunca entramos en posturas de compresión de la columna ni el abdomen.
- Apoyabrazos. Deben permitirnos mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º mientras escribimos en el ordenador, a la vez que sirven de apoyo en los codos y antebrazos. También son útiles para facilitar la incorporación y deben ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al levantarnos de la silla. También no deben en ningún caso oprimirnos las caderas ni impedir que podamos colocarnos cerca de la mesa.
- Base: Las ruedas en la base permiten una mayor comodidad para cambiar de postura o desplazarnos en el puesto de trabajo. La base debe tener cinco puntos de apoyo. Algunos modelos dejan colocar distintos tipos de ruedas con varios niveles de dureza, ideales para adaptar la silla a los diferentes suelos que podemos encontrar.
- Tapizado. Para una mayor comodidad, el tapizado debe ser transpirable y estar diseñado para soportar el uso continuado.
Ahora que ya conoces estos tips, cuida tu espalda y tu salud e invierte en una buena silla de escritorio que te ayude a realizar tus actividades diarias.
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