Una de las muchas maneras de relacionarse que ofrece múltiples beneficios, ser Sugar Daddy o Sugar Baby
El amor… puede esperar. Desde hace tiempo, parece que lo más importante es tener un objetivo claro, saber qué necesitas para sentirte placenteramente satisfecho y conseguirlo sin importar nada más.
Y la cosa de las relaciones personales ha experimentado cambios de todo tipo, abriendo así miles de posibilidades para vivir los placeres de estar con otro u otros.
Aunque siempre han existido relaciones entre atractivas jóvenes y hombres mayores con diversos atractivos entre los cuales figura el éxito financiero, no siempre se nombró al acuerdo y a las partes como Sugar Daddy y Sugar Baby.
El tema es amplio y puede en muchos sentidos, ser solo una cara de las muchas modalidades en las que se puede ejercer la prostitución, sin embargo, en la actualidad es también una forma de establecer una relación de pareja en la que los beneficios y necesidades están claros en todo momento.
Ser un Sugar Daddy
Hombres que pasan generalmente de los 50 años y que gozan de una posición exitosa en cuanto a los parámetros sociales se refiere, tienen vidas cómodas, el dinero no es un problema para ellos y pueden abrir las puertas del lujo y de la experiencia que han obtenido en la vida.
Pueden estar o no casados y parte implícita en ser un Sugar Daddy es ser generosos, para proveer seguridad y estabilidad económica a su Sugar Baby.
Ser una Sugar Baby
Mujeres jóvenes y atractivas, con aspiraciones a tener una buena calidad de vida. Sus principales ambiciones se encuentran en cuestiones materiales, así como en tener acceso a círculos de clase alta.
Saben bien que su papel en la relación es ser provistas con generosidad a cambio de acompañar a su Sugar Daddy, ser cariñosas, comprensivas y por supuesto deleitar con los placeres del sexo jovial y lleno de energía.
El primer Sugar Daddy
El término Sugar Daddy, también tiene su historia, Adolph Spreckels, es un empresario azucarero estadounidense, quien mantuvo una relación con una joven modelo llamada Alma de Bretteville, 24 años menor que él.
Para ella, él era su protector y su amante. Bretteville lo llamaba “sugar daddy” en alusión a la empresa que él dirigía. Al final, se casaron.
¿Tan simple como parece? Pues no
Aunque en un principio podría pensarse que se trata de sexo a cambio de dinero, no es tan sencillo y no siempre resulta así. La seguridad financiera es también un símbolo, existen muchas mujeres que a través de ella, sienten cubiertas otras inseguridades, así se sienten protegidas y consideradas (no siempre).
Por su parte, muchos Sugar Daddys, buscan con quien compartir la experiencia que han recabado con los años, así como convivir con alguien que goza todavía, de altas esperanzas y expectativas de la vida.
En todo caso, ambos llegan en muchas ocasiones a tener una relación más profunda y crean lazos de dependencia. El genuino cariño y amor, en ocasiones se llega a dar. En ocasiones.
Si crees que no es para tanto y buscas ser Sugar Daddy o Sugar Baby de paso o temporalmente, existen muchas plataformas para conseguirlo y entrarle a este tipo de acuerdo, pero eso te lo contamos después.
Contenido relacionado