Es normal que al principio te resulte difícil seguir un esquema saludable de hábitos alimenticios, pero la buena noticia es que no es tan complicado borrar de tu rutina los malos hábitos en tu alimentación
Llegamos al segundo mes de 2019 y después de pasar los festejos y remanentes de la temporada navideña, llega el momento de “ahora sí” empezar con uno de los propósitos de Año Nuevo: adoptar un estilo de vida saludable.
Sin embargo, uno de los grandes retos que se nos presenta es que no podamos preparar nuestros propios alimentos porque gran parte del día la pasamos en la oficina, los traslados a casa y otras obligaciones que nos nos dejan mucho tiempo para alimentarnos adecuadamente.
¿Por qué debemos tomar en cuenta lo que comemos? Antes que nada, por nuestro propio bienestar físico y emocional. En segunda instancia, porque se dice que la buena alimentación está íntimamente ligada con la productividad, por lo que es muy importante pensarlo dos veces antes de decidir qué nos llevaremos a la boca, porque esta aparentemente simple decisión, tiene un impacto directo en nuestro rendimiento laboral.
¡Pero alto! Sí es posible comer de una manera nutritivo y balanceada, incluso estando fuera de casa. ¿Cómo? La palabra clave es “planeación”, incluso si eres uno de esos personajes que se la viven en la oficina, conocidos en el argot mexicano como “Godínez”.
¿Qué te parece que en lugar de ir por los clásicos chilaquiles o la torta de tamal, salgan de la oficina y opten por comprar un vaso con fruta o una comida más equilibrada en nutrientes? ¿Cómo puedes alcanzar esta meta mientras pasas horas en tu cubículo del trabajo?
· Establece horarios para ingerir alimentos. Mientras estás trabajando, es muy fácil que el tiempo transcurra sin que lo notes. Pasar horas detrás de un escritorio y sin comer, nos obliga a ingerir más alimentos con mucha prisa y ansiedad. De ahí, la importancia de establecer horarios para comer y tratar de respetarlos en la medida de lo posible. Recuerda que los pendientes nunca se van a acabar, pero la salud sí.
· Programa los alimentos que vas a comer. Esta actividad puede ayudarte a organizar qué vas a ingerir a lo largo de toda la semana. Por ejemplo, en tu día de descanso puedes dedicar un par de horas a lavar las frutas, picar las verduras, colocar alimentos en moldes separados e, incluso, congelarlos para preparar un licuado o algún platillo. Una vez que se invierte menos tiempo en la preparación de los alimentos, te será mucho más sencillo elegir productos de mejor calidad.
· Consume snacks saludables. Dile adiós a las papitas, las galletitas de chocolate y demás comida chatarra. Las nueces, almendras y pistaches acompañadas de una porción de fruta, siempre serán una mejor elección que los alimentos rápidos y procesados. Además, actualmente hay churros preparados a base de garbanzo, semillas de girasol y otros elementos más saludables.
· Hidrátate correctamente. Lo hemos escuchado y leído por todos lados, el agua es vital para nuestro funcionamiento. Ya sea porque permite la absorción de nutrientes, como porque mejora la función digestiva, además que nuestro cerebro depende de la correcta hidratación para que funcione eficazmente. Mantener un vaso o botella con agua en tu escritorio y a la vista, hará que tengamos más predisposición a consumirla.
· La cantidad sí importa. Es importante revisar el tamaño de las porciones en los alimentos que consumimos, ya que algunos son energéticamente densos, esto significa que en pequeñas porciones contienen una gran cantidad de energía, lo que se traduce en un exceso de calorías, por lo que consumir las porciones adecuadas, nos ayudará a evitar una ingesta excesiva de calorías.
· Evita quedarte con hambre. Si ya consumiste todos tus alimentos y aún tienes la necesidad de más, elige frutas como la jícama, pepino o sandía, o vegetales como el apio y el pepino, que te ayudarán a experimentar la tan anhelada saciedad.
· Alienta equipos entre todos tus compañeros. Implementa retos y planes con el resto de compañeros de la oficina para que se apoyen mutuamente en la vereda hacia este nuevo estilo de vida. Además, puede ser una excelente oportunidad para relacionarte de manera distinta no sólo con la comida, sino también con quienes te rodean todos los días durante tu jornada laboral.
Seguir un estilo de vida saludable es una estrategia global, enmarcada básicamente dentro de la prevención de enfermedades y promoción de la salud, y se generó por una declaración de la Organización Mundial de Salud para mejorar los factores de riesgo como alimentación poca saludable y sedentarismo entre la población, ante el alarmante incremento en padecimientos como sobrepeso, diabetes e hipertensión.
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