La reforma al artículo primero de la Ley de Adquisiciones promete acabar con la corrupción, romper con los monopolios y mejorar los procesos de compra
Hay un tema sobre la mesa que no debemos dejar de lado, sobre todo para no tropezarnos, una vez más, con la misma piedra. Hace unas semanas ambas cámaras aprobaron algo de suma importancia. Una reforma al artículo primero de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público que a grandes rasgos avala compras directas del Gobierno de insumos médicos en el extranjero.
Esta medida promete acabar con la corrupción, romper con los monopolios y mejorar los procesos de compra. Pero también pone en duda si con esa modificación se solucionará realmente el desabasto de medicamentos en el país, se garantizarán los mejores precios y sobre todo la calidad de lo que adquieran.
Y es que las adjudicaciones directas y las licitaciones no son cosa de juego. De hecho es dónde más deberíamos poner atención los ciudadanos, pues se trata de nuestro dinero ocupado por el gobierno para solucionar las necesidades y problemas de la sociedad. Y no para enriquecer los bolsillos de unos cuantos a costa de nosotros.
¿Qué implica la reforma a la #LeyDeAdquisiciones?
— imagenzea (@imagenZea) August 11, 2020
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Entonces tenemos de dos. Que desde alguna oficina de gobierno un funcionario elija con base en su expertis lo que a su juicio crea que es el mejor producto o servicio con base en una lista de proveedores; recurriendo a quien antes le solucionaba esos problemas; poniéndose a buscar opciones en internet o la clásica de recurrir a un conocido o familiar que presume poder ayudarlo.
O bien recurrir al mercado a través de una licitación abierta donde sean los expertos quienes ofrezcan las mejores soluciones y lo último en tecnología.
En un proceso vigilado por los mismos competidores y la ciudadanía para evitar un mal servicio, un producto de pésima calidad o que alguien se quiera pasar de listo. Un método que incluso podría abrir el desarrollo y la evolución a otras áreas de trabajo
Sobre todo en una tema tan delicado como la salud de los mexicanos. En donde estas compras directas en el extranjero no solo serán de medicamentos para diversos padecimientos, sino también de insumos médicos incluyendo en un futuro la vacuna contra el CoVid 19.
Soluciones que no se pueden adquirir únicamente con base en el precio, en la garantía de un sólo proveedor o en el juicio de una sola administración.
Ya hemos visto lo que puede pasar en el país si nuestros niños se quedan sin medicinas, si no tenemos fármacos de buena calidad o si el compadre es quien promete ofrecer soluciones para cumplir una necesidad.
Esperemos que con este cambio el país cuente con proveedores que ofrezcan buen servicio, entregas en tiempo y forma, garantías e incluso capacitaciones, pues de lo contrario empezaremos a pensar mal, de quien tanto presume que busca hacer el bien.
IPR
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