Con el golpe de calor, el cuerpo requiere de un tratamiento de urgencia para evitar daños en el cerebro, corazón, riñones y músculos
El planeta ha estado expuesto a una serie de variantes que han modificado el comportamiento típico del clima. Hace calor cuando debería hacer frío y hasta hemos experimentado tormentas que han dejado bajo hielo zonas en las que nunca nos imaginariamos que esto sucediera, como lo que pasó en Guadalajara el fin de semana.
En Europa, las altas temperaturas han puesto en alerta a las autoridades y en México el calor está alcanzando cifras que pocas veces habíamos visto en los termómetros del País. Por ello hoy quiero hablarles de lo que debemos hacer ante un golpe de calor.
Primero debemos entender que un golpe de calor no es estar agotado por exceso de temperatura, pues en estos casos sólo se pierden líquidos corporales a través del sudor luego de un ejercicio intenso o trabajo físico a altas temperaturas y humedad. En el golpe de calor, se está provocando un daño potencialmente mortal pues el sistema de control de temperatura del cuerpo deja de funcionar y es incapaz de enfriarse por sí mismo.
El cuerpo alcanza una temperatura alrededor de los 40 grados Celsius o 104 Fahrenheit y requiere de un tratamiento de urgencia pues de no hacerlo corremos el riesgo de dañar el cerebro, corazón, riñones y músculos.
Los síntomas, enrojecimiento de la piel, piel seca o húmeda, náuseas, vómito, sensación de confusión, agitación, taquicardia, dolor de cabeza, problemas de dicción, delirio, irritabilidad y en caso extremos convulsiones y hasta estado de coma.
¿Qué hacer? Colocar a la persona a la sombra, en un lugar fresco, retirar o aflojar la ropa apretada y aplicar paños o toallas húmedas y frías en la piel. Ventilar a la persona y si está consciente darle pequeñas cantidades de agua fresca pero no fría, algo así como medio vaso cada 15 minutos, pero teniendo cuidado que la beba lentamente.
Y si es necesario colocar hielo o compresas frías envueltas en un paño, en muñecas, tobillos, ingle, cuello o axilas.
Jamás intentes bajar la temperatura del paciente de forma brusca o si te pasa a ti, no te metas al agua fría repentinamente ya que el enfriamiento debe ser progresivo para evitar sufrir un shock. Pon especial cuidado en bebés, niños y adultos mayores, pues ellos son los más vulnerables en estos casos.
Y por supuesto siempre ten a la mano los números de emergencia de tu localidad como el 911 y sobre todo si ves que está subiendo la temperatura extrema precauciones, pues el primer error de una víctima, es pensar que a él no le va a pasar.
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