Si un día te pasa como a mi, que el domingo despiertas con ganas de conocer un Pueblito Mágico no dudes en lanzarte a Tepotzotlán.
Ubicado a tan solo a 43 kilómetros de la Ciudad de México, Tepotzotlán es un sitio ideal para alimentar un poco tu bagaje cultural, tomarte unas buenas fotos para Instagram y hasta romper la dieta.
Mi recorrido comenzó al oriente de la CDMX, por lo que la mejor opción fue tomar el Circuito Exterior Mexiquense hasta su entronque con la Autopista México-Querétaro y de ahí las señalizaciones hicieron que en menos de 20 minutos llegáramos al destino.
También existe una opción de viajar en transporte público, se puede tomar el tren suburbano en Buenavista y descender en las estaciones de Cuautitlán o Lechería donde hay transporte público a Tepotzotlán. También, se puede llegar por metro tomando la Línea 2 y descendiendo en la estación Toreo, por la salida del paradero sur hay servicio de camiones a Tepotzotlán. También en la estación Rosario hay servicio de camiones.
El nombre de Tepotzotlán es de origen náhuatl, compuesto por los vocablos: Tepotzotli o Teputzotli, joroba y Tlan, entre; que le da su significado “Entre jorobados”.
Los otomíes fueron los más antiguos pobladores de esta región que habitaron hasta el establecimiento de la cultura teotihuacana. Más tarde, los chichimecas encontraron abandonada la ciudad de los toltecas y se asentaron en ella, antes de fundar su señorío de Tenayuca.
La historia prehispánica de Tepotzotlán culmina con la llegada de los españoles en 1520 y para 1580 se establecieron en este lugar los primeros padres de la Compañía de Jesús, fundando un colegio de lenguas autóctonas y el colegio seminario para niños indígenas.
El colegio de novicios fue el principal centro cultural y económico del virreinato, al mismo tiempo fue un medio de control político de la población nativa.
Y aquí es nuestra primera parada, en el Museo Nacional del Virreinato (MNV) , donde justo por ser domingo la entrada es libre, aunque si vas cualquier otro día tendrás que pagar una cuota de 80 pesos.
A través de sus 21 salas se explica el camino de Cortés hacia Tenochtitlán; la exposición de armaduras, espadas y esculturas de piedra te remontan automáticamente a aquella época. Además encontrarás increíbles colecciones de arte religioso.
En tu recorrido no puedes dejar de visitar el templo de San Francisco Javier, pues es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El interior se encuentra revestido con diez retablos dorados entre los cuales se encuentra uno dedicado a San Francisco Javier, otro a la Virgen de Guadalupe, a San Ignacio de Loyola, a la pasión de Jesucristo, San Estanislao de Kostka, San Luis Gonzaga, San Juan Nepomuceno, entre otros.
Antes de terminar tu recorrido en el museo no olvides visitar sus hermosos jardines en donde hay fuentes, pozos de la época y hasta relojes solares.
Asimismo, en el segundo piso del MNV, no te pierdas la vista de su espectacular Mirador, desde donde podrás ver parte del Pueblo Mágico y sus verdes alrededores.
Al salir seguro ya sentirás algo de hambre, entonces será momento de nuestra segunda parada. En plaza principal hay una gran cantidad de puestos ambulantes que ofrecen artesanías, bebidas, nieves, elotes, antojitos y todo lo que se te pueda ocurrir.
Si tu hambre es más feroz, mejor opta por uno de los bonitos restaurantes que se encuentran en la misma plaza. La mayoría ofrece servicio de bufet con platillos que van desde quesadillas, tacos y sopas, hasta barbacoa, paella, menudo, pozole, chiles en nogada y más. El precio oscila entre los 240 y 260 pesos por persona.
A mi me toco un día soleado con temperatura aproximada de 24°, así que te recomiendo llevar lentes de sol, bloqueador y zapatos cómodos, porque el recorrido aún no termina.
Una vez con el tanque lleno nos vamos a la tercer parada, el parque ecoturístico Arcos del Sitio.
Se encuentra aproximadamente a una hora del Pueblo Mágico pero te aseguro que vale la pena pues tiene una vista espectacular del Acueducto más grande de América.
Este imponente construcción está formada por 43 arcos divididos en cuatro niveles, con una altura de 61 metros y una longitud de 438 metros, fue utilizado para transportar el agua hacia las poblaciones aledañas durante la época de la Colonia.
Este lugar es ideal para actividades de esparcimiento al aire libre por sus increíbles paisajes y, ¿por qué no? para una buena sesión de fotos.
Los costos de entrada general son: adultos $35, estudiantes y profesores $20 (con credencial vigente), niños $10, adultos mayores $10 y el estacionamiento es de $15.
Tiene albercas, tirolesa, área de fogatas y palapas con asador, por lo que es ideal para pasar el resto de la tarde con la familia.
El parque cierra a las 19:00 horas y es muy buena hora para volver a casa. Esperamos que te diviertas y nos compartas tus fotografías.
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