Una central termoeléctrica genera electricidad gracias a la energía que se libera por combustibles fósiles, ya sea petróleo, gas natural, carbón o uranio
Este fin de semana se llevó a cabo la consulta ciudadana para definir la operación de la planta termoeléctrica en Huexca. Entre lo más destacable del polémico ejercicio estuvo la quema de dos casillas en Amayuca y el cierre de una mesa de votación al medio día. Aun así, se estima que hubo una participación de más de 16 mil personas aproximadamente, entre las 45 casillas instaladas en Morelos, Puebla y Tlaxcala.
Pero más allá del resultado, qué debemos saber acerca de una termoeléctrica, pues los beneficios o afectaciones estarán presentes más allá de los municipios aledaños. Por eso empecemos por lo básico.
Una central termoeléctrica genera electricidad gracias a la energía que se libera por combustibles fósiles, ya sea petróleo, gas natural, carbón o uranio. Este calor mueve un alternador y así se produce la energía que también libera dióxido de carbono a la atmósfera. De las centrales generadoras de energía, las termoeléctricas son las más económicas de construir, especialmente si trabajan a base de carbón. Si utilizan gas natural su eficiencia será 50% más que cualquier termoeléctrica convencional aumentando así la energía eléctrica generada y mejorando las ganancias.
Desafortunadamente para que esto pase, se debe trabajar con combustibles fósiles que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera y en algunos casos partículas que pueden contener metales pesados. Es una energía que tarde o temprano se acabará; alterando microclimas, ecosistemas y de no tener cuidado ríos, lagunas o mares donde son vertidos los desechos. Además, que el ruido que genera llega ser molesto para quienes vivan en la zona.
En mayo del 2014 se habló de respaldar a los habitantes de la entidad en su lucha contra la construcción del gasoducto y la termoeléctrica, en pro del territorio y contra la contaminación del agua. Hoy, se tienen los resultados de esta consulta para decidir si va o no su operación en Huexca. Todo con base en la votación y conocimiento del tema por parte de sus pobladores.
¿Qué pasará? Lo que ya hayan decidido que pase, quienes de verdad toman las decisiones. ¿Qué nos queda? Estar al pendiente de como se vayan dando los pro y contras en las zonas aledañas a la termoeléctrica. Verificando que lo bueno que nos prometieron pase. Y que lo malo que dijeron que nunca pasaría, no se convierta en una triste realidad. Un compromiso de la ciudadanía, organizaciones y medios que no debemos olvidar, pues ante la indiferencia, todo puede suceder.
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