Roma se sumió en el caos debido a los enfrentamientos entre la policía y manifestantes que acudieron a una protesta contra el pasaporte sanitario
Un grupo de personas que participó en protestas en Roma contra el pasaporte sanitario de Covid-19, entre los que había neofascistas, vandalizaron el servicio de Urgencias del hospital Umberto I, hiriendo a cuatro trabajadores.
Se trata de dos enfermeras, una de ellas con un botellazo en la cabeza, y dos agentes de seguridad, según confirmó el consejero de Sanidad de la región del Lacio, Alessio D’Amato, a la televisión pública RAI.
Los manifestantes contra el pasaporte Covid también se enfrentaron este sábado a la Policía en Roma durante una marcha no autorizada que derivó en graves disturbios y en el asalto a la sede del principal sindicato italiano. También hubo manifestaciones en otras ciudades italianas.
Los incidentes comenzaron en la entrada del parque de Villa Borghese y se replicaron otros puntos de la capital italiana con lanzamiento de objetos contra la Policía, que respondió con bombas de humo y granadas aturdidoras. Al menos tres personas fueron detenidas.
“¡Asesinos!” o “¡Queremos la renuncia de Draghi y Mattarella!”, corearon los manifestantes en referencia al primer ministro Mario Draghi y al presidente Sergio Mattarella, según informa la prensa italiana.
Un grupo de manifestantes ocupó la sede nacional de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), cerca de Villa Borghese.
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La manifestación culminó en la calle del Tritón, muy cerca del Palacio Chigi, sede del Gobierno. Finalmente se detuvo a doce personas, entre estas el líder nacional de Forza Nuova, Giuliano Castellino, y el responsable romano, Roberto Fiore.
Sin embargo la tensión se trasladó después al hospital Umberto I, donde había sido ingresado uno manifestante herido en las cargas y que avisó a sus compañeros. Acto seguido a las puertas de Urgencias se congregaron entre 30 y 40 personas “violentas” que intimidaron a los sanitarios.
El presidente italiano, Sergio Mattarella, habló por teléfono con el secretario general de la CGIL para expresarle su solidaridad tras el ataque.
También el primer ministro, Mario Draghi, llamó a Landini para expresarle a él y a todo el sindicato la plena solidaridad del Gobierno. “Los sindicatos son una defensa fundamental de la democracia y los derechos de los trabajadores. Cualquier intimidación contra ellos es inaceptable y debe ser rechazada con absoluta firmeza”, apuntó en un comunicado.
Draghi aprovechó además para condenar la violencia que se produjo en otras ciudades italianas. “El derecho a expresar las propias ideas nunca puede degenerar en actos de agresión e intimidación”, advirtió.
En Milán, la Policía realizó cargas contra los asistentes a la marcha “No Green Pass”; es ya el tercer sábado consecutivo de enfrentamientos entre manifestantes y policías.
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CAB