La UNAM realizó un homenaje virtual a Mario Molina, un mexicano universal y universitario eterno, ganador del Premio Nobel de Química 1995
El senador Miguel Ángel Mancera Espinosa, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, propuso otorgar, de manera póstuma, la Medalla de Honor Belisario Domínguez al doctor José Mario Molina Pasquel y Henríquez, como reconocimiento a su obra y vida.
Esto, después de que el rector de la UNAM anunciara que se propondría al Senado de la República se le conceda la máxima presea de la nación, a quien es ejemplo de esfuerzo, dedicación y constancia, del interés y compromiso por la naturaleza y por la humanidad.
Al catalogar a Mario Molina como un mexicano universal y un universitario eterno, el rector Enrique Graue Wiechers, encabezó el homenaje que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hizo en recuerdo del Premio Nobel de Química 1995.
“De vivir sin protagonismos, pero con firmeza; de luchar con tesón y perseverancia por metas por más que parecieran ser inalcanzables; y de poseer esa sencillez que solo la dan la sabiduría y la fuerza emocional. Ese es el Mario Molina que se queda para siempre en las páginas de la Universidad Nacional Autónoma de México”, subrayó el rector.
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En el homenaje virtual y luego de guardar un minuto de silencio en su memoria, recordó que hoy hace 25 años y un día nos enteramos, con inmensa satisfacción, que un mexicano, un hijo de la UNAM había sido galardonado con el Premio Nobel en Química; el primero en las disciplinas científicas de los tres Nobel con los que cuenta la Universidad y la nación.
“El doctor Mario Molina es un claro ejemplo de la fuerza y vitalidad de la ciencia mexicana y de la capacidad que tiene la Universidad Nacional para formar ciudadanos íntegros y comprometidos con la ciencia y con su impacto en la globalidad”, remarcó Graue.
Asimismo, subrayó que la UNAM fue su origen y destino final; aquí se formó y siempre se ufanó de ello. Sus logros y repercusiones, agregó, nos abrieron los ojos para que como humanidad pusiéramos atención en el daño que le causamos al planeta.
“Sus tesis, y las de sus colegas, abrieron el camino para que podamos contener la tragedia que sería acabar con nuestra biodiversidad y con las formas de convivencia humana. Su legado nos compromete a perseverar en ello”, puntualizó Graue.
IPR
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