Numerosas personalidades políticas y de la sociedad civil han pedido que se anule la ejecución de McLaughlin
Este martes está previsto que sea ejecutada Amber McLaughlin, quien se convertirá en la primera mujer transexual que sufra la pena de muerte en Estados Unidos, si no lo evita el gobernador del estado de Misuri, el republicano Mike Parsons.
McLaughlin ha sido condenada, aún como Scott McLaughlin, por la violación y asesinato de una mujer, Beverly Guenther, en 2003, pero ha solicitado formalmente clemencia al gobernador Parsons alegando que sufre daños cerebrales y un trauma infantil.
Si Parsons no interviene McLaughlin será ejecutada por inyección letal, informa la cadena CNN.
“La investigación ha reconocido el arrepentimiento sincero de McLaughlin y también lo han hecho todos y cada uno de los expertos que la han evaluado en los años que han pasado desde el juicio”, destaca la petición al gobernador.
McLaughlin, de 49 años, estaba programada para recibir una inyección letal por un asesinato cometido antes de su transición, luego de que fue declarada culpable de matar a una ex novia en 2003 en un suburbio de la ciudad de San Luis, en Misuri.
Desconforme con su separación, McLaughlin la había acosado al punto de que la mujer, llamada Beverly Guenther, había obtenido medidas de protección.
El día del crimen, McLaughlin la esperó a la salida del trabajo con un cuchillo de cocina. Guenther fue violada y apuñalada y su cuerpo fue arrojado al río Mississippi.
Al final de su juicio en 2006, un jurado la declaró culpable del asesinato, pero no pudo ponerse de acuerdo sobre la sentencia. El juez de primera instancia intervino e impuso la pena de muerte, una intervención permitida en los estados de Misuri e Indiana.
McLaughlin ha sido “sólidamente diagnosticado con discapacidad intelectual limítrofe” y ha sido “diagnosticado universalmente con daño cerebral así como síndrome de alcohol fetal”.
El Centro de Información sobre la Pena de Muerte, contrario a la pena capital, ha resaltado que McLaughlin “es la primera persona trans a la que se le ha asignado fecha de ejecución en Estados Unidos”.
Además, recuerda que el jurado no aprobó la pena de muerte por unanimidad, circunstancia que sí es necesaria en la gran mayoría de estados que ejecutan a reos.
“La ley de Misuri considera que un jurado no unánime es un jurado bloqueado, por lo que se recurrió a una norma que permite al juez imponer una sentencia por su cuenta”, señalan, al tiempo que recuerdan que “el juez se basó en circunstancias agravantes rechazadas por el jurado para condenar a muerte a McLaughlin”.
Su solicitud obtuvo el apoyo de personas de alto perfil, incluidos dos miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos por el estado de Misuri, Cori Bush y Emanuel Cleaver.
Solicitan clemencia
En una carta al gobernador, dijeron que el padre adoptivo de McLaughlin solía golpearla con una porra e incluso la electrocutaba. “Junto a estos horribles abusos, ella lidió en silencio con cuestiones de identidad de género”, escribieron.
McLaughlin no ha iniciado ningún proceso legal para cambiar su nombre o comenzar un tránsito físico, por lo que permanece en el Centro Correccional de Potosi, cerca de San Luis, un centro solo para varones. (Europa Press).
Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC), que busca abolir ese castigo en Estados Unidos, en el país todavía no se ha ejecutado a ninguna persona abiertamente transgénero.
Sin embargo, el tema ha llamado más la atención en los últimos meses: la Corte Suprema de Ohio confirmó una sentencia de muerte contra una mujer transgénero y el estado de Oregón conmutó otra, dijo esta oenegé.
Desde que asumió el cargo en 2018, el gobernador Parson nunca ha concedido una solicitud de clemencia.
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CAB