El presidente murió este miércoles. Había señalado que una oración nacional había erradicado la pandemia de Covid-19 en el país
Samia Suluhu Hassan asumió este viernes la Presidencia de Tanzania, la primera mujer que ocupa ese cargo.
Vestida con un hijab y con un Corán en su mano derecha, Hassan, de 61 años, juró el cargo en la sede del Gobierno en Dar es Salaam, la principal ciudad del país, ante el presidente del Tribunal Supremo, Ibrahim Jumavowing, y prometió defender la constitución del país del este de África.
La toma de posesión de Hassan se produjo apenas dos días después de que ella misma anunciase la muerte del Presidente John Magufuli, quien no aparecía en público desde hacía más de dos semanas.
Magufuli había negado que la pandemia del coronavirus fuese un problema en el país, señalando que una oración nacional había erradicado la enfermedad.
Sin embargo, semanas antes de su deceso, Magufuli reconoció que el virus era un peligro.
Tindu Lissu, candidato a la presidencia en octubre, que desde entonces se ha exiliado a Bélgica, había afirmado que el presidente estaba en un hospital de Nairobi, la capital de la vecina Kenia, con una forma grave de coronavirus.
Pero el gobierno tanzano había negado cualquier problema de salud.
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«Magufuli murió de corona», el apodo que se le da al virus en el este de África, dijo Tindu Lissu en una entrevista grabada el miércoles pero emitida el jueves en la cadena de televisión keniana KTN.
«Magufuli no murió esta noche. Tengo información, básicamente de las mismas fuentes que me dijeron que estaba gravemente enfermo, que Magufuli está muerto desde el miércoles de la semana pasada», afirmó
«Esto es justicia inmanente. El presidente Magufuli desafió al mundo en la lucha contra el corona (…) Desafió a la ciencia. Se negó a tomar las precauciones básicas que se recomiendan a la gente de todo el mundo contra el corona», afirmó
Al acto de investidura de hoy asistieron ministros del Gobierno así como los expresidentes Ali Hassan Mwinyi, Jakaya Kikwete y Abeid Karume. Los exmandatarios fueron de los pocos que llevaban mascarilla para protegerse del coronavirus.
Una de las grandes pruebas de la Presidencia de Hassan será su gestión de la COVID-19. Durante el mandato de Magufuli, Tanzania, que es uno de los países más poblados de África con 60 millones de habitantes, no hizo ningún esfuerzo para conseguir vacunas ni promovió el uso de mascarilla o la distancia social para combatir el virus.
En marzo de 2020, poco después de que se detectase el primer caso de COVID-19 en el país, el presidente tanzano aseveró que el coronavirus era “el diablo” y que por ello, si la población tenía fe, le sería imposible “sobrevivir en el cuerpo de Cristo”.
Su política se basó en no solicitar vacunas y en reprobar cualquier medida -según él- creada por Occidente, llegando a calificar de defectuosos test de detección que habían dado positivo en una papaya y en una cabra.
Desde junio pasado, la Tanzania de Magufuli no publica ninguna cifra de casos de la enfermedad, con datos oficiales que continúan estancados en 509 contagios y solo 21 fallecidos.
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CAB