Resulta paradójico la cantidad de opiniones sobre el “tercer” informe del presidente. Sin duda querido lector, a muchos se les antojo mentarle la madre. Así sabroso y de frente decirle que es un pendejo . Que le duela mi opinión, que vea que existimos ciudadanos a los que no pueden vernos la cara de estúpidos. Yo me pregunto, ¿si están seguros de que el ciudadano presidente es el peor enemigo del país?.
Me queda claro que no ha sido virtuoso en muchas decisiones, específicamente en la cancelación del aeropuerto de Texcoco y su locura de construir la refinería de “Dos bocas”. Si dejamos esto de lado: ¿Podemos acusar al ciudadano presidente de algo? Lejos de filias y fobias de verdad ¿AMLO ha sido peor Presidente que la rata de Peña?.
Me preocupa puntualmente lo que ya ocurrido con el desabasto de medicamentos, lo digo claramente, la estupidez y la incapacidad es un tipo mucho mayor de corrupción. El imberbe que se atreve a hacer una declaración que implica un asunto tan grave debe de ser censurado por el Presidente. Nadie puede acusar al gobierno del ciudadano presidente de corrupto, pero sin duda es aceptable cuestionar las cosas, que lejos de se resueltas, son una fuente de problemas.
El principal problema del país, es la seguridad y se ha vuelto una broma en donde todo mundo opina pero nadie tiene la solución. Los carteles de todas las siglas son responsables de la violencia y la novedad es que el gobierno en turno es cómplice de todos y cada uno de ellos. Perdón, ¿pero en serio con estas pendejadas pensamos abatir en nuestro país la inseguridad?
Respetuosamente e independientemente de la pifia de la lona atrás del presidente que identificaba su mensaje con un tercer informe de gobierno, no hay nada nuevo bajo el sol. Lo que ha dicho el presidente es una colección de obviedades que me hacen mucha gracia.
El primer o tercer informe no fue ni mejor ni peor que los de Peña, lo que me parece fundamental es entender que en su imaginación, con banda presidencial o sin ella hizo lo de siempre, mandar un mensaje lleno de ambigüedad , pero reiteró nada diferente de sus antecesores.
Para finalizar este asunto sólo me gustaría puntualizar que el informe ha sido desde siempre una simulación y un acto político que raya en lo ridículo, pero que nos encanta. En el caso particular del actual presidente, no hay nada nuevo que informar y menos si sigue obsesionado con lo que le dejó Peña, que sin duda es una carta que ya quemo.
En fin, si el ciudadano se va a aventar el paquete, es importante que deje de culpar a todo el mundo y sepa que este país lleva años de violencia y marginación. Pero, no sé usted querido lector, pero yo afirmo que lo elegimos para corregir todas las cosas que iban mal en este país, no para escuchar excusas todo el tiempo.
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