Tras golpearla, el sujeto llevó a la pequeña al hospital diciendo que su sobrina se había caído de cabeza por las escaleras
Gran controversia e indignación ha causado en España el asesinato de una pequeña de 8 años de edad, la cual fue golpeada hasta la muerte por su tío quien señaló que lo hizo porque “se sentía estresado”.
La autopsia de la menor, de nombre Naiara, reveló que la pequeña fue golpeada brutamente hasta el punto de destrozarle el cerebro, ya que su cuerpo presentaba 56 golpes y contaba con múltiples quemaduras.
El deceso de la menor ocurrió en el año 2017, y ha vuelto a los tribunales porque recientemente se revelaron los resultados médicos de la autopsia ante una apelación que pidió el responsable de la agresión.
El asesino de nombre Iván Pardo, quien era tío de Naiara, reveló que torturó a la niña hasta arrebatarle la vida porque “se sentía estresado”.
Según datos de la autopsia, la tortura duró unas dos horas y los golpes le terminaron destrozando su cerebro.
Eduardo Cantón y María Aránzazu, del Instituto de Medicina Legal de Aragón, explicaron que el cerebro de Naiara presentaba unas “lesiones brutales”, pero además del traumatismo craneoencefálico, la niña presentaba quemaduras, lesiones contusas y térmicas.
“Era tal el conjunto de lesiones que diferenciar una lesión de otra es bastante difícil. Su cuerpo presentaba indicios de sofocación, que apuntan a que le taparon la boca y la nariz para que no gritara o para que no respirara”, indicaron.
En cuanto llegó al hospital, el agresor dijo a los médicos que la niña se había caído de cabeza por cuatro o cinco escaleras, pero eran tan graves las lesiones en su cabeza que se dieron cuenta que la versión no cuadraba en absoluto.
Durante el juicio de Iván Pardo fue cuestionado sobre la razón por la cual acabó con la vida de Naiara, a lo que respondió que fue a causa del estrés y los problemas laborales.
“Lo quiero achacar al estrés, al cúmulo de problemas con la empresa, porque no le encuentro explicación. No estaba pasando por una situación fácil […] tenía problemas en el trabajo, con su pareja y su salud”, reveló a su abogada.
Pese a que aún no dictan sentencia, el padre biológico de Naiara pidió una pena de 25 años por asesinato y cuatro años y medio por dañar la integridad física y moral de la pequeña.
Las últimas investigaciones también revelaron que obligó a dos de sus sobrinas de 12 y 14 años, a presenciar la brutal agresión y a ayudarle facilitándole los objetos que les pedía para torturar a Naiara.
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