
Fotos estilo Ghibli se viralizan en redes; descubre el papel clave de ChatGPT.
En pocos días, redes sociales se llenaron de imágenes que replican el estilo anime del icónico Studio Ghibli.
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Todo esto ocurrió después del lanzamiento de GPT-4, el modelo más reciente de OpenAI que puede crear imágenes. Con instrucciones simples, los usuarios comenzaron a transformar sus fotos personales en ilustraciones al estilo de “Mi vecino Totoro” o “El viaje de Chihiro”.
La tendencia se volvió viral tan rápidamente que incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, cambió su foto de perfil por una versión estilo Ghibli de sí mismo.
Sin embargo, apenas unos días después, comenzaron a surgir restricciones. Algunos usuarios notaron que ChatGPT ya no permitía generar este tipo de imágenes. Algunos recibían mensajes indicando que el estilo de Ghibli estaba protegido por derechos de autor. Esta contradicción (una tendencia viral aparentemente validada por el CEO de OpenAI pero luego restringida por la misma plataforma) generó confusión y desató un debate sobre el uso de IA en la creación de arte.
¿Qué dice OpenAI?
OpenAI declaró a varios medios que sus políticas siguen prohibiendo la imitación directa del estilo de artistas vivos, pero permiten la generación de imágenes basadas en estilos de estudios en general. El caso Ghibli desafía esta frontera: si bien es un estudio, su estilo está profundamente vinculado a Hayao Miyazaki, su fundador y principal creador, quien está vivo y ha expresado públicamente su rechazo a la IA en el arte.
De hecho, Miyazaki calificó al arte generado por IA como “una ofensa a la vida misma” en un documental de 2016. Su filosofía de trabajo, centrada en el detalle artesanal y el respeto por la naturaleza, está en franco contraste con el funcionamiento de modelos generativos entrenados con miles de imágenes sin consentimiento.
Cómo funcionaba la tendencia
Para quienes lograron aprovecharla antes de las restricciones, el proceso era simple:
- Accedían a ChatGPT con capacidades de imagen.
- Cargaban una foto propia o ajena.
- Escribían una instrucción como “transforma esta imagen al estilo de Studio Ghibli”.
- Recibían una imagen con estética anime, colores vibrantes y rostros caricaturescos.
Muchos usuarios aprovecharon esta función para generar memes, homenajes o versiones animadas de momentos históricos, como la recreación del asesinato de JFK en estilo Ghibli, lo que generó fascinación, pero también incomodidad.
Implicaciones legales y éticas
Aunque no se ha confirmado si OpenAI bloqueó intencionalmente las imágenes estilo Ghibli, lo cierto es que el modelo ahora responde con mensajes que indican limitaciones. Las razones detrás de esta decisión podrían ir desde el respeto a derechos de autor hasta un intento por evitar una crisis de relaciones públicas.
La situación revela otro dilema: ¿hasta qué punto una IA debe replicar estilos artísticos reconocibles? ¿Qué pasa cuando ese estilo está asociado a un creador que se opone activamente a su uso por algoritmos? Además, hay una tensión evidente entre la creatividad popular y la protección del trabajo original. Mientras algunos celebran la democratización del arte, otros alertan sobre la banalización de estilos únicos.
El caso Ghibli no es solo una anécdota viral. Es una muestra de los retos que enfrentan las plataformas de inteligencia artificial frente al deseo de los usuarios por experimentar y la necesidad de respetar la autoría artística. A medida que la tecnología avanza, será necesario establecer límites más claros entre inspiración, homenaje y apropiación.
Y, mientras tanto, el debate sobre si una IA puede capturar “el alma” de una obra de arte continúa.