
El aumento de suicidios en la temporada invernal está asociado a que esta época trae consigo sentimientos de aislamiento, estrés y desesperanza
El aumento del número de suicidios en diciembre es un fenómeno complejo influido por varios factores emocionales, sociales y ambientales. Aunque generalmente se asocia esta época con alegría y unión, para muchas personas también trae consigo sentimientos de aislamiento, estrés y desesperanza, lo que eleva el riesgo de suicidio.
Factores desencadenantes
1. Contraste emocional
Las festividades navideñas generan altas expectativas de felicidad y convivencia familiar. Sin embargo, quienes atraviesan problemas emocionales, como depresión o duelo por la pérdida de seres queridos, suelen experimentar un contraste entre estas expectativas y su realidad personal, lo que intensifica sus emociones negativas.
2. Problemas económicos
Diciembre implica gastos significativos debido a regalos, celebraciones y viajes. Esto puede ejercer una presión financiera adicional sobre quienes ya enfrentan dificultades económicas, incrementando la ansiedad y el estrés.
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3. Trastorno afectivo estacional (TAE)
El TAE es un tipo de depresión que suele aparecer en invierno debido a la reducción de luz solar. Afecta el estado de ánimo, el sueño y los niveles de energía, contribuyendo al aumento de pensamientos suicidas en algunas personas.
4. Cambios en las dinámicas familiares
Las reuniones familiares, aunque generalmente positivas, pueden revivir conflictos pasados o generar tensión entre los asistentes. Esto puede ser especialmente complicado para quienes ya tienen relaciones familiares frágiles o viven en soledad.
Grupos más vulnerables
Adolescentes y jóvenes adultos: Según especialistas, los adolescentes son cada vez más propensos a experimentar crisis emocionales en diciembre, exacerbadas por el uso de redes sociales y la comparación constante con los demás.
Hombres: Estudios han identificado que los hombres son más propensos al suicidio debido a barreras culturales que dificultan expresar emociones o buscar ayuda.
Prevención y apoyo
El suicidio es prevenible con la intervención adecuada. Algunas estrategias incluyen:
Detección temprana: Identificar signos de riesgo, como expresiones de desesperanza o aislamiento, es clave. Comentarios como “no sirvo para nada” o “nada tiene sentido” deben tomarse en serio.
Apoyo social: Tener un círculo cercano que ofrezca apoyo emocional puede marcar una gran diferencia. Familias y amigos deben estar atentos a cambios en el comportamiento de sus seres queridos.
Atención profesional: Buscar ayuda psicológica es esencial. Los tratamientos como la psicoterapia y, en algunos casos, medicamentos, pueden reducir significativamente el riesgo de suicidio.
Además, líneas de emergencia como el 911 están disponibles para ofrecer apoyo inmediato en casos críticos.
Aunque diciembre es un mes cargado de significados emocionales, es vital recordar que siempre hay recursos y personas dispuestas a ayudar.
Combatir el estigma sobre la salud mental, fomentar la empatía y garantizar el acceso a atención profesional son pasos fundamentales para reducir estos casos y salvar vidas.