La máxima autoridad católica de Sri Lanka pidió a los feligreses oraciones por la seguridad del país y la coexistencia pacífica entre todos los habitantes
A una semana de los mortales atentados en Sri Lanka en los que 253 personas murieron y más de 500 fueron heridas, los católicos del país han recurrido a observar las misas dominicales a través de las pantallas de televisión y desde la seguridad de su hogar.
El pasado domingo 21 de abril, al menos nueve sospechosos realizaron explosiones coordinadas contra tres iglesias y tres hoteles, justo en la hora en que se desarrollaba un servicio religioso.
Por tal motivo, la Conferencia Episcopal de Sri Lanka señaló que todas las misas serían suspendidas en lo que se desarrolla la investigación o hasta nuevo aviso.
Este fin de semana, el presidente del país, Maithripala Sirisena, y el primer ministro, Ranil Wickremesinghe, asistieron a una ceremonia privada, retransmitida por radio y televisión a toda la nación, y que estuvo dirigida por el cardenal Malcolm Ranjith, acompañado otros sacerdotes.
Malcolm recordó durante el sermón a las víctimas y su sufrimiento a raíz de la “terrible tragedia” de los atentados cometidos por al menos nueve suicidas cargados de explosivos y a los que el cardenal se refirió como “un insulto a la humanidad”.
La máxima autoridad católica de Sri Lanka pidió a los feligreses oraciones por la seguridad del país y la coexistencia, una en la que puedan entenderse unos a otros sin diferencias.
De acuerdo a los datos de la Conferencia Episcopal, los católicos representan el 6.1 % de la población de poco más de 22 millones de habitantes.
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