Russell Jones no pensó dos veces para gastar todo el dinero que pudiera para descubrir la razón por la que “Billy”, empezó a cojear
Un hombre británico gastó 300 libras, un aproximado de 400 dólares, para que un veterinario hiciera varios exámenes a su mascota.
De acuerdo con medios nacionales, Russell Jones no pensó dos veces para gastar todo el dinero que pudiera para descubrir la razón por la que su compañero, “Billy”, empezara a cojear sin razón.
Según declaró a la prensa Russell Jones, notó que su perro comenzó esta conducta luego de que él se lastimara. El hombre se provocó una fractura de tobillo en un leve accidente.
Sin embargo, tomó a la ligera su fractura y preocupado por su mascota, llevó a su amigo con un veterinario para que hiciera todo lo que fuera necesario con el fin de dar con lo que tenía el can.
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No obstante, tras una amplia serie de radiografías, el especialista no halló nada fuera de lo normal en el can. Por el contrario, el veterinario le preguntó sobre su propio padecimiento.
Así, ambos comenzaron a hacer cuentas de cuando se lesionó Jones. Para sorpresa del amor, se percató que un día después de que se fracturó, su perrito comenzó a cojear. Ante ello, el experto le dijo, lo más probable, es que Billy simplemente lo estuviera imitando.
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CAB
