Yo no pretendo subirme en el tren del cachondeo qué generó la filtración de una carta que fue mandada por el presidente de México al Rey de España y al Papa Francisco. El tema ha perdido toda seriedad en el momento en que como ha sido costumbre en esta administración la gestión de comunicación social del tema y el control de daños ha sido desastroso. Aún más grave ha sido el pretexto para que alguno estúpidos, como “Charlie Valentino” León Flores, diputado local de Morena por Tabasco, declaren a la letra el siguiente tesoro: “Desgraciadamente fuimos colonizados por la peor de las razas que son los españoles, y no les pediría que pidieran disculpas sino que se arrodillen ante nuestro país, porque gracias a ellos estamos viviendo toda la corrupción, porque, pues, realmente nos colonizaron ellos…” Me deja boquiabierto don Charlie Valentino con su alocución, una pendejada monumental. Ahora resulta que somos corruptos por los españoles. Entonces los presidentes ratas, los líderes sindicales sin escrúpulos y los diputados advenedizos que como él llegan a la cámara a lambisconear algo que propone el presidente sin entenderlo, nos los mandaron los españoles o son consecuencia directa de la colonización. Creo que su perorata e simple que no le la pena ni ahondar en ella.
Quizá el tema de la disculpa que pretendía López Obrador, tendría un cierto caso o lugar, que por las condiciones de su revelación ha perdido toda eficacia. De qué hay heridas abiertas que corresponden a la Conquista es innegable. Esas misma que describe de forma magistral Octavio Paz en su Laberinto de la Soledad, en donde se describen las condiciones en la cuales después del trauma que nos causó que mancillaran a La Malinche, que nos convertía en hijos de La Chingada en algunos momentos, que fueron las que poco a poco forjaron la “mexicanidad”, la cual conserva heridas de la llegada de los españoles en estas tierras. Pero todo lo anterior importa poco por la desafortunada gestión del tema. Amén que no puedo más que coincidir con la lejanía de la gesta y las aportaciones para que se diera a luz un mestizaje mágico.
Resulta un poco cansado, tener que aclarar que apoyar en algunas ideas al presidente no significa darle una carta en blanco de todas sus decisiones. La falta de aclaración suele resultar en que algún personaje de limitado intelecto te clasifique como “chairo” o si lo atacas como “fifi”. Haciendo un paréntesis, me dan una mezcla entre ternura y flojera algunos compañeros que se han querido erigir en adalides de la libertad de expresión y “heroicamente” van a la conferencia de medios del presidente a “encararlo”. Los dejaron entrar, los dejaron preguntar y tuvieron una respuesta. La más adecuada, quizá no, pero pudieron ejercer su libertad de expresión. En el sexenio de Peña o Calderón ni hubiesen podido entrar a un acto sin estar en la lista del EMP, y si hubieran interrumpido un acto los habrían sacado como palomitas. Mismo caso que a Jorge Ramos con Donald Trump. Me parecen ridículos estos actos mediáticos, tendientes a tener una fama o reconocimiento, que han perdido trabajando en plataformas en donde ponen a dar noticias a compañeras que merecen todo respeto, pero que antes estaban en novelas simplonas y en revistas sin ropa. Pero en fin cada quien sus luchas.
Continuando con lo anterior escuchaba divertido la enumeración de las virtudes derivadas de la sencillez de dos personajes que me parecen encomiables: el Papa Francisco y el expresidente de Uruguay José Mújica. De ambos personajes alababa mi contertulia su sencillez, de como había dejado el jerarca eclesiástico los lujosos Mercedes 600 de su antecesor Benedicto, de la supresión del uso de helicópteros, de como en Brasil usó un modesto Fiat. De Mújica, admiraba como decía que no usaba escolta porque lo cuidaban los ciudadanos, de vivir en una casa humilde con humedades y de su cariño a un bocho viejo. En ellos lo calificaba como frugalidad y sencillez, en el presidente de México es populismo. Prácticamente es el mismo patrón de austeridad. Pero no aplica para AMLO. Me pregunto si esto es el resultado de una campaña de 18 años de desprestigio y descrédito, si ya no pensamos con claridad por tratarse de México o si efectivamente ven en López Obrador un peligro bien descubierto. Aclaró de nueva cuenta que no coincido en que un presidente ponga en riesgo su seguridad, porque por ejemplo una elección extraordinaria nos costaría mucho más que cualquier gasto en seguridad. Que me parece que un presidente debe de tener al alcance una nave que lo lleve sin dilación a atender desastres y compromisos, pero lo anterior en Francisco y Mújica son virtudes y en López Obrador son defectos. En fin, creo que es difícil que algo nos acomode, pero al tiempo, sabremos si es populismo o austeridad.
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