El joven inició una recaudación de fondos, pidió que le ayuden a pagar su cirugía porque su vida corre peligro
En 2017 Kirill Tereshin, un fisicoculturista ruso saltó a la fama porque deseaba tener brazos enormes, como los de Popeye. En ese entonces, el muchacho comenzó a inyectarse una solución llamada synthol, la cual hizo que adquirieran un volumen desmesurado.
Por esos años “Popeye” ya mostraba sus enormes bíceps y tríceps en Instagram, los que habían aumentado de volumen gracias al uso de esta sustancia que está hecha de ácidos grasos y en menor medida de alcohol benzílico y lidocaína, pudiendo ser mortal para la persona.
Este aceite es utilizado en los torneos de fisicoculturismo para aceitar a los competidores antes de subir al escenario.
Este año Kirill Tereshin expresó en medios locales que inició una campaña de recolección de fondos porque desea someterse a una cirugía para reducir el tamaño de sus extremidades.
Aunque en un inicio estaba orgulloso por haber logrado esa transformación estética, actualmente Kirill confesó que sufre muchos dolores y tiene miedo de perder sus brazos.
“Popeye” subió un video a su Instagram donde pidió ayuda para costear una operación que terminara con el sufrimiento.
“Hice una solicitud a Alemania e Israel, dicen que me pueden ayudar allí, pero es muy costoso. Necesito recaudar dinero a través de la televisión (…) Quiero deshacerme de estos (en referencia a sus brazos) y pedir ayuda. Nadie pudo evitarlo, yo soy el culpable de esto, y sobre el futuro… Dios sabe lo que sucederá después”, escribió junto a un video mostrando los problemas desarrollados en sus brazos.
“En este momento, mis brazos están en mal estado y se están enrojeciendo. He lanzado una recaudación de fondos para ver a un médico en Europa para un tratamiento que cuesta alrededor de 37.760 libras (46.873 dólares)”, explicó.
Los médicos le advirtieron que debía someterse a una cirugía para quitar el synthol desde sus dos brazos, ya que de lo contrario corría el riesgo de ser amputado en el mediano plazo debido a posibles necrosis.
No obstante, Tereshin ha dejado entrever que lo que más le preocupa de momento es el extraño enrojecimiento de aquellas zonas de su cuerpo, por lo que espera poder viajar hasta Reino Unido por una operación.
Tereshin también tuvo la descabellada idea de inyectarse silicona en sus pantorrillas, ya que quería que estas también tuvieran una forma definida.
Los médicos han indicado en los últimos años que el uso del synthol puede causar embolias pulmonares (bloqueo de una arteria pulmonar), daños a los nervios, infecciones, lipogranuloma esclerosante (daños en el escroto), apoplejía (pérdida de la circulación sanguínea que se dirige hacia el cerebro por un coágulo de sangre), quistes llenos de aceite o úlceras en el músculo.
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