Aaron Bulmer, un policía de Kansas, se encontraba realizando su trabajo atendiendo un reporte de robo a mano armada, cuando de repente, se percató que un niño se encontraba sumergido en uno de los estanques que hay en el parque, tratando de nadar, ya que se estaba ahogando.
De inmediato, el guardia corrió hacia el estanque, se metió y sacó al pequeño, quien comenzó a respirar. Otra persona que pasaba por este sitio, se acercó enseguida para auxiliarlos.
El rescate quedó grabado en una cámara que el policía llevaba pegada al cuerpo para monitorear sus labores.
El pequeño estuvo unos segundos sumergido, sin embargo, de no haberlo visto, la situación pudo terminar en tragedia.
El niño fue llevado hasta un hospital cercano para verificar su óptimo estado de salud, donde tras revisarlo, los médicos lo reportaron como sano y a salvo.