Durante los días que duró el motín policial en la ciudad de Ceará, hubo una escalada de violencia que dejó más de 150 muertos
La huelga de policías militares que sembraba el caos desde hacía trece días en el estado brasileño de Ceará, terminó tras un acuerdo entre las autoridades locales y los uniformados, informó el gobierno.
El número de homicidios se ha multiplicado desde el inicio de la huelga, iniciada por reclamos salariales.
“Recibo con satisfacción la noticia sobre el fin de la huelga de los policías en Ceará”, escribió en Twitter el ministro de Justicia y Seguridad, Sergio Moro.
“Prevaleció el sentido común, sin radicalismos”, añadió Moro, quien la víspera había calificado la huelga de “ilegal”, pero señaló que era responsabilidad del gobierno de Ceará resolver el conflicto.
Los policías acordaron volver a trabajar a cambio de mayores garantías en los procesos administrativos y judiciales que enfrentarán por haber adherido a la protesta.
Uno de los episodios más tensos de la huelga ocurrió al segundo día, el 19 de febrero, cuando el senador de centroizquierda Cid Gomes, representante de Ceará recibió un disparo mientras intentaba romper un piquete policial con una excavadora en la ciudad de Sobral.
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