Actualmente, América Latina vive una crisis política jamás antes vista, siendo Chile uno de los casos más sonados a nivel mundial.
Chile, Uruguay, Ecuador, Perú, Brasil y recientemente Bolivia son algunos de los países que han demostrado que la inconformidad hacia la clase política tiene un límite.
Sin embargo, las fuerzas armadas de cada país ha demostrado al mundo lo que son capaces de hacer con tal de mantener el orden y la paz respecto a las manifestaciones pacíficas.
En Chile han sucedido diversos acontecimientos que violan el derecho a la libre expresión y evidentemente los derechos humanos de manifestantes.
Las autoridades chilenas han hecho todo lo posible por instaurar el orden público, sin embargo, el uso desmedido de la fuerza ha ocasionado severas lesiones a los malafortunados protestantes que recibieron algún tipo de agresión por parte de los carabineros.
Disparar a los ojos
Los policías están disparando a los ojos de los manifestantes, dejando ciegos a sus propios ciudadanos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Derechos Humanos de la República de Chile, en sus datos más recientes, van cerca de 200 heridas oculares registradas.
? [Última actualización] Cifras recopiladas directamente por el INDH en observaciones a manifestaciones, comisarías y centros de salud desde el jueves 17 de octubre hasta las 13:00 horas del del domingo 10 de noviembre de 2019. pic.twitter.com/vf0iCtDqzj
— INDH Chile (@inddhh) November 10, 2019
Al menos 30 personas han perdido completamente la vista en el Hospital Oftalmológico de Santiago, debido a los disparos directos de bolas de goma y frascos de gas lacrimógeno.
Los métodos tradicionales para que las autoridades frenen manifestaciones incluyen tirar hacia el piso o al aire.
Sin embargo, hay cientos de testimonios que presentan una preocupante realidad: la policía está apuntando a los ojos.
“Esto representa una mutilación”, señala el doctor Enrique Morales en una entrevista con el New York Times. Después de señalar que el número de heridas en los ojos sobrepasa, por muchísimo, lo sucedido en otras protestas alrededor del mundo, comenta lo que todos estamos pensando. “Esto es una catástrofe de derechos humanos”.
Las balas de goma disparadas por la policía de Chile son del tamaño de la pupila, pero al impactar en los ojos con tanta fuerza ocasionan que los globos oculares se abran como si fuera una flor.
Brutalidad policiaca
Un joven estudiante de ingeniería contó la historia de cómo, después de tan solo unos minutos de estar en la calle, un policía lo encontró de frente y le disparó directamente a la cara, a menos de 15 metros de distancia. Inmediatamente, el agente que lo lastimó bajó el arma como si hubiera estado apuntando hacia el piso todo el tiempo.
Algunos están recibiendo implantes y se encuentran en recuperación.
Sin embargo, otros no han podido continuar el tratamiento pues las balas siguen incrustados en su cavidad orbitaria.
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AVM