En México, el debate está en la mesa, a la espera de un pronunciamiento al respecto con la Ley de Voluntad Anticipada para el bien morir
¿Ha platicado con su familia sobre la decisión que deberán tomar en caso de que por algún accidente o condición médica usted quedara en estado vegetativo y se presentara la incógnita de tener o no que desconectarlo?
Se lo pregunto porque en Francia hay un caso que está dividiendo al país. Después de sufrir un accidente en el 2008, Vincent Lambert quedó en estado vegetativo y ha permanecido conectado a tubos de alimentación desde entonces.
Su condición es hasta cierto punto atípica, pues respira sin ayuda artificial y ocasionalmente abre los ojos, sin embargo esto no indica mejoría alguna e incluso desde el 2013 el equipo médico del hospital recomendó detener las acciones que lo mantienen vivo artificialmente.
Su esposa, 6 de sus hermanos y un sobrino están de acuerdo con desconectarlo, sin embargo los padres de Vincent y otros 2 hermanos opinan lo contrario.
En un caso que ha llegado al tribunal Europeo de Derechos Humanos, al Comité de Naciones Unidas y la Ministerio de Salud francés con decisiones divididas, en un país donde además la eutanasia es ilegal. ¿Qué haría usted?
Ahora pongamos más interesante este asunto. ¿Hasta qué punto somos dueños de nuestra vida? En pleno uso de nuestras facultades mentales ¿podríamos decidir acabar con nuestra vida legalmente por una condición médica que nos haya quitado la posibilidad de movernos, valernos por si solos o ante una enfermedad terminal? ¿En qué momento a usted ya no le gustaría estar viviendo en este mundo?
Casos hay muchos, uno de los más conocidos, el de Ramón Sampedro, escritor español cuya vida se plasmo en la película Mar Adentro, quien después de sufrir una tetraplejia de los 25 a los 55 años que le impedía mover del cuello hacia abajo, solicitó un suicidio asistido ante el rechazo de las autoridades de ayudarlo a morir. En 1998 murió por envenenamiento de cianuro que el mismo ingirió después de un complicado proceso para evitar que familiares o amigos incurrieran en un delito.
En Holanda donde la eutanasia es legal en algunos casos, el año pasado Aurelia Brouwers de 29 años, ingirió veneno suministrado por un médico después de un caso muy complejo donde ella defendió, incluso ante la Haya, su deseo de morir al padecer una enfermedad psiquiátrica que la atormentaba desde los 12 años, una decisión que también de dio la vuelta al mundo pues no se trataba de una enfermedad terminal.
En México, el debate está en la mesa. Y se espera que en esta administración haya un pronunciamiento al respecto con la Ley de Voluntad Anticipada. Una decisión entre ciencia y religión, entre hechos y creencias. Un tema que no estaría de más, platicar con nuestros seres queridos.
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