El cuerpo policial de Carabineros, que desplazó más brigadas desde la capital, dispersó las concentraciones con gran cantidad de gases lacrimógenos
Sebastián Piñera, presidente de Chile, expresó “la línea divisoria no es entre gobierno y oposición”, sino entre aquellos que creen en la democracia y quieren “vivir en paz”, y “aquellos que practican la violencia”.
El mandatario apuntó que que el país “ya ha tenido demasiada violencia” y pidió a todos los sectores de la sociedad y la política condenar cualquier acto de violencia luego de una noche de graves disturbios en Viña del Mar.
“Llegó el tiempo de un gran acuerdo por la democracia, contra la violencia y por la paz. Este acuerdo tiene que incluir no solo condenar la violencia, no solo defender la democracia y el Estado de Derecho, sino también, condenar a quienes no condenan la violencia y a los que atentan contra la democracia”, apuntó Piñera.
La ciudad balneario de Viña del Mar, a 135 kilómetros al oeste de Santiago, fue escenario la noche del domingo de cruentos enfrentamientos entre agentes y manifestantes que se concentraron bajo el lema “Calles con sangre, Viña sin festival” y pedían la cancelación de la cita internacional de música por la grave crisis que vive el país.
“Necesitamos asegurar el orden público y vivir en paz para tener un plebiscito que sea democrático, limpio y transparente. Todos queremos mejorar, cambiar, modernizar y perfeccionar la Constitución”, agregó el mandatario, que no es la primera vez que le pide a la oposición que condene la violencia.
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