Algunos turistas acudieron al sitio esperando observar el “descenso de Kukulkán”, pero fueron conminados por las autoridades de la zona a retirarse
La pandemia por el COVID-19 que ha alcanzado en México más de 300 casos confirmados, provocó la cancelación de rituales y celebraciones de equinoccio en Chichén Itzá en Yucatán, no obstante, el sitio registró la presencia de al menos 4 mil personas que quisieron observar a lo lejos el fenómeno natural.
En la zona arqueológica maya el equinoccio de primavera, uno de los eventos astronómicos más esperados, atrae anualmente a por lo menos 25 mil visitantes de todo el mundo; sin embargo las medidas establecidas por las autoridades sanitarias y locales indicaron que el acceso a la legendaria zona estaría cerrada.
El pasado 19 de marzo, día en que oficial y astronómicamente inició la primavera, algunos turistas acudieron al sitio esperando observar por fracción de minutos y en forma intermitente el “descenso de Kukulkán”, pero fueron conminados por las autoridades de la zona a retirarse, además de que una fuerte nubosidad impidió que se observara en todo su esplendor.
Solamente personal del INAH y del gobierno de Yucatán tuvieron acceso en forma limitada para tomar material del fenómeno, ya que desde el 20 de marzo el lugar se mantiene cerrado al público como medida preventiva para evitar el contagio del coronavirus.
En redes sociales, algunos de los visitantes presumieron imágenes del área del Observatorio, el Juego de Pelota y el Cenote principal, en donde se podían ver sin gran saturación o aglomeración de gentes.
El director de la zona arqueológica, Marco Antonio Santos Ramírez, informó que el equinoccio se observó de manera fugaz debido a que sobre el lugar asomó una fuerte nubosidad.
Todas las zonas mayas de Yucatán estarían cerradas hasta el próximo lunes. Ni siquiera los artesanos que suelen vender sus artesanías en el lugar, pudieron ingresar estos días.
De acuerdo con la tradición maya, el descenso de Kukulcán en el equinoccio de primavera ocurre porque el dios en forma de serpiente emplumada, baja por uno de los costados de la pirámide conocida como El Castillo, para fertilizar la Tierra.
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NCV