Para junio de 2020, el presidente John Magufuli empezó a decir que las oraciones habían salvado a su país del Covid-19
Tanzania lleva meses tratando de convencer al mundo de se ha librado del coronavirus gracias a las oraciones, mientras las autoridades achacan las muertes y los contagios a las “neumonías”.
El presidente John Magufuli ha minimizado desde el inicio el peligro del virus. “El Covid-19 mata a la gente y vemos casos pero no podemos hablar debido a la situación”, dijo en Dar es Salaam, un médico de un hospital público, que ha pedido el anonimato por temor a represalias.
En abril, Tanzania publicó por última vez datos oficiales de casos en abril de 2020. Sin embargo, un mes después anunció que habían dado positivo una papaya, una perdiz y una cabra.
Mientras tanto, el Centro de Control y Prevención de enfermedades de la Unión Africana (Africa CDC) aseguró que los tests tanzanos era fiables.
Para junio de 2020, Magufuli empezó a decir que las oraciones habían salvado a su país del Covid-19.
“Es por ello que aquí no llevamos mascarillas. ¿Se creen que no tenemos miedo a morir? Simplemente, no hay covid”, aseguró
Aparte de las declaraciones, para impedir que circule información sobre el virus, la ley prohíbe la publicación de noticias sobre “enfermedades mortales o contagiosas” sin permiso oficial.
Los que aceptan el virus
Pese a todo, algunos pocos tanzanos llevan mascarilla y hablan abiertamente de su miedo al coronavirus.
En tanto, la Iglesia católica de Tanzania ha roto la ley del silencio y ha pedido a sus fieles que se protejan.
“Nuestro país no es una isla. Tenemos todos los motivos para tomar precauciones y rogar a Dios para salir indemnes de esta pandemia”, escribió recientemente en una carta
Aunado a ello, en enero, el instituto danés para enfermedades (SSI) confirmó que dos personas que regresaban de un viaje a Tanzania dieron positivo a la nueva variante sudafricana, susceptible de ser más contagiosa.
En Dar es Salaam, una habitante aseguró a la AFP que su primo había fallecido tras volver de un viaje de negocios a Sudáfrica.
“Dos semanas después de regresar, se sintió mal y tuvo problemas respiratorios antes de morir. Un médico nos dijo que tenía coronavirus”, indicó
Por el momento, Reino Unido ha prohibido los vuelos procedentes de Tanzania para frenar la propagación de la variante sudafricana, mientras que Estados Unidos advirtió a los viajeros la semana pasada que el país “registra altas tasas” de covid-19.
En Zanzíbar, una región semiautónoma, el vicepresidente Seif Sharif Hamad confirmó que había estado hospitalizado por covid.
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Un médico de un centro de diagnóstico declaró a la AFP que se habían registrado más de 80 casos entre mediados de diciembre y principios de enero.
Así, en Zanzíbar, el ministerio de Salud instó la semana pasada a evitar las congregaciones y recomendó “acudir al hospital más cercano para ser diagnosticado en caso de dificultades respiratorias”. Pero un responsable del mismo ministerio desmintió, bajo pedido de anonimato, toda relación con el coronavirus.
En enero, parecía que Magufuli por fin reconocía que el virus podría circular en Tanzania pero culpó de ello a las vacunas. Aseguró que los tanzanos fueron a vacunarse al extranjero y trajeron “tun extraño coronavirus”.
El mismo mes, un responsable del ministerio de Salud, Mabula Mchembe, dijo durante una visita a hospitales en Dar es Salaam, que estos no recibían a enfermos de covid-19, ya que los “rumores podrían causar un pánico injustificado”.
La semana pasada, John Nkengasong, el director de Africa CDC, dijo que espera que Tanzania “revise rápidamente” su “posición” sobre el coronavirus.
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CAB