Algunos peregrinos que se dirigen a la Basílica de Guadalupe hicieron una escala para poder observar de cerca los aviones; sueñan con volar algún día en uno
Aunque consideran que el sueño de poder volar es lejano por la situación económica en la que viven, algunos peregrinos se detuvieron en uno de los puentes del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; esperan que un milagro los lleve a abordar algún día uno de esos aviones que observan con asombro.
Tras varias horas o días de peregrinar y a tan solo 7 kilómetros para llegar a la Basílica de Guadalupe, algunos peregrinos detienen su marcha por algunos minutos para subir al puente peatonal que se ubica frente al aeropuerto internacional de la Ciudad de México y observar de cerca las aeronaves que esperan turno para despegar o aquellas que aterrizan.
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Algunos quedan maravillados con lo que ven sus ojos, consideran que el sueño de poder volar es lejano por la situación económica en la que viven, sin embargo esperan que un milagro pueda llevarlos incluso a cruzar fronteras.
“A quien no le gustaría subirse en un avión, pero es imposible, imagínese primero pagar el boleto y luego a donde llegar” dijo Ángel Santiago, procedente de Puebla.
Las escalinatas del puente son utilizadas como una especie de gradas para apreciar a escasos metros las operaciones principalmente de las aeronaves comerciales en las pistas de este aeropuerto capitalino.
Entre los que más suben a este “mirador” se encuentran los niños, quienes relatan que en sus comunidades rara vez han visto un avión volando y no aprovechan esta oportunidad para capturar las imágenes con su celular y mostrar a sus familiares y amigos en sus comunidades en cuanto la Virgencita del Tepeyac les permita regresar.