Autoridades sanitarias advirtieron que el dióxido de cloro puede ser altamente tóxico y que no tiene ningún beneficio contra el coronavirus
En Argentina se registró la muerte de un pequeño de 5 años en un hospital de la provincia de Neuquén después de ser ingresado por un cuadro cardio-respiratorio que, habría sido causado por la ingesta de dióxido de cloro.
Fuentes oficiales y médicas de la provincia argentina, señalaron que los padres llegaron al hospital con el niño, explicando a los médicos que un día antes le habían dado 700 mililitros de dióxido de cloro vía oral, con la idea de “prevenir el coronavirus”.
Este caso hizo que de nueva cuenta, las autoridades sanitarias del país sudamericano advirtieran que el dióxido de cloro puede ser altamente tóxico y que no tiene ningún beneficio contra el coronavirus.
Tras el deceso del menor, el cuerpo fue sometido a una autopsia de ley para determinar las causas precisas de la muerte.
Diversos especialistas de todo el mundo han alertado a la población sobre el uso del dióxido de cloro, que entre otras cosas, puede provocar diarrea, vómito e incluso insuficiencia respiratoria o hepática.
El dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel o en plantas públicas de tratamiento de agua; así como en el proceso de descontaminación de construcciones. Al reaccionar en agua, genera iones clorito.
Ambas especies químicas son altamente reactivas, por lo cual cuentan con capacidad de eliminar bacterias y otros microorganismos en medios acuosos. Este gas se ha utilizado como desinfectante, y en bajas concentraciones para la potabilización de agua.
El hipoclorito de sodio es un producto de desinfección para uso en superficies inanimadas, comercializado como lejía o lavandina con diferentes concentraciones —alrededor de 3 a 6%—.
IPR
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