Córdova incide en su preferencia por la creación del personaje como eje guía, lo cual se ve reflejado a través de su obra
Conversamos con la escritora Aura Penélope Córdova en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde la mexicana presentará su libro ‘Panteón familiar‘, mismo que se llevó el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí en 2015 (ahora Premio Bellas Artes de cuento Amparo Dávila).
Licenciada en Letras Francesas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), obtuvo el segundo lugar en el Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario 2011, también fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas, periodo 2009-2011.
Ha participado en varias antologías de cuento y ensayo (Ruta 80, Nuevas instrucciones para vivir en México, Arbitraria, A golpe de linterna: 100 años de cuento mexicano, Maneras de escribir y ser/ no ser madre, Mexicanas: Trece narrativas contemporáneas).
Además, es cofundadora de la agencia editorial y de acompañamiento creativo Somos Texto.
En entrevista con el grupo de PacoZea, Córdova nos dio un breve pero nutrido recorrido por su obra, invitándonos a adentrarnos en ella tras conocer no solo a la autora, sino también a su producción.
Trayectoria
Tras ser cuestionada acerca de su trayectoria y formación, la escritora también nos comentó que fue becaria en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y tuvo una beca de la Fundación para las letras Mexicanas para escribir ensayo y cuento.
Asimismo, ahondó en otros proyectos que dirige, el blog Escritores que nadie lee, donde publica textos de autores de autores anónimos, da talleres y cursos de narrativa, y sobre un curso de cuento que ofrece en la plataforma Doméstika.
Como contexto para entrar a su obra, la autora dio una breve semblanza acerca de unos textos abiertos al público en Escritores que nadie lee, uno de los cuales nos da un vistazo a Panteón Familiar. También nos habló un poco sobre este blog y sobre el taller que imparte:
“De la senectud y sus ficciones es un ensayo que yo publico en tierra adentro sobre la vejez. El cuento Una pluma de ave en la cornisa es de mi primer libro de cuentos; se llama Yo maté al emperador. el de Mnemotecnia en realidad es un cuento que viene en Panteón Familiar, pero como Panteón familiar es un libro cuyos títulos son biografías, le tuve que cambiar el nombre porque se publicó en una revista y entonces no le podía poner el nombre porque nadie querría leer la biografía de un tal fulanito que nadie conoce.”
“Escritores que nadie lee es un sitio que tengo desde hace mucho tiempo, ha ido cambiando a lo largo de los años. De repente ahí subo información sobre los cursos, a veces doy talleres en línea. Tengo talleres de narrativa los jueves. Ahí leemos, desglosamos. También hay una parte dedicada justamente a escritores que nadie lee, porque o son muy jóvenes y apenas están empezando, o no tienen distribución. Subo reseñas literarias y avisos de educación de todo tipo.
Y también tengo un curso en la plataforma Doméstika, un curso sobre escritura de cuento. En el taller hay gente que viene de distintas formaciones: una viene de periodismo, hay otro que es abogado, otro que es cineasta, otro que es editor de libros, y todos escriben.
Lo que le digo a todo el mundo que entra a los talleres que todos saben contar historias. Lo que pasa es que cuando lo haces consciente y sabes que cuentas con ciertas herramientas y empiezas a estructurarlo, ya es dar un paso más allá.”
Creación
Ya en lo personal, Córdova incide en su preferencia por la creación del personaje como eje guía, lo cual se ve reflejado a través de su obra:
“En los talleres de cuento hay cierto aprendizaje que nos dan de los género literarios. Entonces, del cuento nos dicen que lo primero que tienes que saber es enfocarse en la trama. Lo cual está bien y la mayoría de cuentos son cuentos de trama. Pero también hay otras modalidades desde donde se puede abarcar el cuento y a mí me gusta mucho la construcción de personajes porque hubo un tiempo en el que yo hacía teatro.
A mí me gustaba mucho escribir dramaturgia. Después me enfoqué en la narrativa, pero en la dramaturgia aprendes muchas herramientas para construir personajes. Y eso me parecía muy interesarte, trasladas un poco de las herramientas de construcción de personaje de la dramaturgia hacia los cuentos, y ver cómo se podía utilizar y ver cómo una historia importara tanto el personaje como lo que le pasa al personaje, no solo en general, sino también en específico.
Asimismo, la autora insiste en que los géneros literarios y la literatura en general son altamente moldeables, por lo que ella no se ciñe a un solo espacio para crear. Además, reitera su interés en el mensaje de la obra, lejos de la posible parafernalia, lo que encuentra en su libro de ensayos Locus.
‘Locus’ lo que tiene es que es un ensayo-ficción. Es decir, es un ensayo donde hay un personaje que es el que está reflexionando sobre el tema, sobre lo mapas, sobre los viajes. Pero es un personaje que no existe. Entonces, a mí se me hace muy interesante esa mezcla de géneros. Y la verdad es que cuando yo terminé la universidad intenté olvidarme de todo eso que me habían enseñado: sobre las categorías, los géneros, las corrientes.
No es que no me importen, sino que no es lo relevante. Yo soy muy básica en ese aspecto, me gusta una historia que me atrapa. A mí no me importa si es una obra de sófocles, si es un clásico de Cervantes, o si es algo que se escribió en el siglo XVIII, o se hizo ayer. A mí lo que me importa es que sea una narrativa que me guste y que me atrape.
A mí mis amigos llegan a tachar de decimonónica, pero no lo soy. Por ejemplo, a mí el siglo XIX no me atrapa, con esas descripciones súper extendidas y todos esos detalles. A mí sí me gusta. Comprendo perfectamente cómo puede llegar a ser, pero en ese momento la descripción tenía una función muy específica. Al final, si la historia me gusta, ahí me quedo. Pero entiendo que la gente se pregunte qué se está escribiendo, que diga ‘esto no va para ningún lado’.
Dicho lo anterior, al preguntarle sobre a qué se dirige su obra en este espacio que puede vislumbrarse sin límites, Córdova habla sobre los límites del ensayo:
“Virginia Woolf decía sobre el ensayo que fuera de la unidad, la escritura y el tema y que si estás lanzando una hipótesis, o estás probando algo o argumentando algo, el ensayo es un trabajo de placer. Y eso me hizo mucho sentido, porque va hacia donde te guste.
Y en la narrativa si me interesa que arrastre. Sí que dé placer, pero seamos sinceros, a veces en la narrativa uno puede sufrir con un personaje y odiar a un personaje y no necesariamente le da placer, pero sigue ahí porque la historia es buena”
Lo personal
En complemento de lo anterior, Penélope elude a lo inevitable de plasmar lo personal en las creaciones. Preguntada por el contenido de su blog, la creadora comenta el perfil de la literatura actual, donde abundan las novelas juveniles o los textos de superación personal, todo bajo una estructura preconcebida:
Ahí sí es pura dictadura literaria. Si yo tuviera una editorial, yo editaría lo que me da la gana. Pero como no tengo una, yo edito lo que quiero, lo que me parece bueno.
A mí la literatura juvenil no es que me parezca mala. Simplemente, como no la leo, me parece que hay cosas muy cursis, me aburre. Y debe haber literatura juvenil muy padre, pero como yo no estoy enfocada en esa vertiente y tampoco es el perfil que estoy buscando, por eso marco mi línea.
Pero a mí pueden mandarme cuentos de terror, poesía, ensayo, cuento de ‘me levante con el pie izquierdo’, lo que les dé la gana, siempre y cuando tenga este cuidado autoral, por respeto a ellos mismos y a los lectores.
Panteón familiar
Dado ya un somero recorrido por las particularidades de sus escritos, la ya reconocida escritora nos proporcionó un vistazo de lo que los lectores de Panteón familiar pueden esperar al pasar por sus páginas:
La primera idea era justo hacer un volumen que no fueran cuentos a la usanza de trama, sino que todos fueran basados en un personaje. Entonces, cuando me plantee el problema de cuál sería el eje que tendría que articular todas estas historias. Me di cuenta después de que la mejor idea para poder manejar distintos personajes con temáticas diferentes y estilos y experimentar mucho, podía darle un punto de unión en un árbol familiar.
La idea es que todas las familias empiezan y convergen en un lugar, dispersándose. Es un libro muy del siglo XX, en el sentido de que narra episodios. No toda la historia del siglo, si no, en especial la de las guerras y lo que la guerra le hace a la gente de a pie, no a grandes rasgos, sino microhistorias. Que tiene que ver con una corriente que en vez de enfocarse en los grandes personajes, lo hace en la gente del pueblo, en la gente que sufre y que no es más que una estadística.
Entonces lo que quería hacer un poco era acercarme a esas vidas que se olvidan en cuanto mueren, que no dejan nada en el mundo mas que una historia. Como dice la cita ‘nadie se muere tan pobre que no deje al menos una historia’. Y era un poco la idea, la manera de articularlos era mediante una genealogía que se va dispersando al paso de los años por la guerra, la diáspora, las migraciones, las purgas.
Cada personaje va dejando sus herencias, y va legando materiales ya sea escritos o va legando historia, o prejuicios, o amores u odios. Y así, es un libro de diáspora, de la dispersión.
Respecto a esta historia de historias, la autora comenta el modo en que está construido el libro, con una genealogía que se extiende a través de cada cuento, donde los personajes son una rama que va dispersándose a través de los tiempos, pero sin romperse.
De este modo, Panteón familiar se presenta con un árbol genealógico de los personajes, que se presta para que los lectores rearmen un rompecabezas perdido entre los años:
Yo creo que estuvo muy bien poner el mapa, porque justo ahí ves de una manera gráfica cómo se vincula toda esta gente. Además, los personajes van apareciendo en las vidas de otras personajes. Cuenta la historia de una madre. Luego aparece la historia de la hija o el hijo y evidentemente se menciona. O la continuación de la historia de uno aparece en la historia de otra y entonces se van completando.
Aunque también lo padre del árbol genealógico es que tú puedes saltarte la biografía que tú puedas, en lugar de esperarte. O también irte al árbol genealógico y buscar la página y saber lo que pasó con el hijo, con el hermano b, y ahí sale.
Eso me gusta mucho porque le da más porque le da más movimiento al libro, porque se puede leer de distintas maneras.
A mí siempre me han gustado estas historias. Y aunque ahorita se hacen mucho más que antes, pero siempre me ha gustado cómo los libros de cuento o las novelas tienen este tipo de capítulos que al parecer no tienen nada que ver y todo se conecta.
Porque al final todas las historias se conectan, o tienen que ver, o inciden una con otra, como en la vida
La diáspora
Con este enramado, Penélope también habla acerca de cómo es que sus influencias confluyen para dar un mensaje que tiende a la universalidad, pero siempre vuelve sobre sí, y literalmente sobre sobre ella, al ir de sus fijaciones, como ella las llama, a relatos propios o ajenos que ha logrado recuperar y luego plasmar en este escrito:
También tengo que decir que tengo una fijación sobre autores y literatura de Europa central. Entonces me gusta mucho la literatura alemana, la literatura judía de donde sea, la literatura eslava, más del centro de Europa que de Rusia, pero sobre todo Hungría, que no son eslavos, pero están ahí en el centro, o Bosnia, colonias, todos esos lugares me causan una fascinación y me la han causado muchísimo y eso se nota mucho en Locus porque hay un ensayo de Praga, por ejemplo. Y se recurre mucho a autores como Kafka.
Hay mucho mapa, sobre todo en estas tierras donde antes no había nada y ahora hay algo, antes no había un país y ahora hay como tres, o viceversa. Entonces, me llama mucho la atención que nace esa geografía. Y obviamente la latinoamericana, porque finalmente todo confluye.
Una de las cosas que siempre he oído cuando presentó Panteón familiar es que es un libro de cuentos que se lee novela, que si tú lo ves en un panorama más grande. Más bien, cuando terminas de leer el libro, te da una sensación de que está nublado, se dispersó, empezó en Europa, pero termina básicamente aquí, en Argentina, en México. Y hay personajes que salen básicamente de un pueblo de Oaxaca y se van a Estados Unidos y luego los descendientes regresan.
Entonces, evidentemente también es un tránsito de estas literaturas quebradas hacia mi hogar, que esto ya es autoral, que es México y América Latina. Entonces, sí hay una diáspora, pero todo termina aquí.
De hecho, la última biografía es un personaje que vive en Ciudad de México.
La migración
En última instancia, la autora regresa hacia la amplitud de su mensaje y da una contundente interpretación de la actualidad, respecto a un mundo que no ha cambiado mucho al de los primeros partícipes de sus cuentos.
Es aquí donde ella habla de la presencia espacial del hombre que no se mueve por territorios y que más bien se transporta de persona a persona y de personaje a personaje a través de las décadas:
“Todos venimos de otros lados, todos somos migrantes. Es tan estúpido este nacionalismo de ‘aquí somos, ellos llegaron a invadirnos y nos están quitando los trabajos’.
Literalmente estamos aquí, pero todos venimos de otra parte, o casi todo, o de algún lugar, aunque sea del pueblo vecino.”
Ejemplo de la particularidad de historias insospechadas que pueden traspasar las fronteras, ella cuenta sobre la relación entre su esposo y el primer personaje de su libro, Walter Weger.
“Mi esposo tiene un apellido rarísimo que es único en el mundo, Y eso es porque su familia, que viene de Escocia y México. Entonces, la rama escocesa se pelearon y dijeron ‘nos vamos a cambiar el apellido’. Y así, empezó la historia de las migraciones y hay algunos en Europa, otros en Estados Unidos y México. Y tienen los únicos que tienen esa apellido porque ellos se lo inventaron.
Y es que en el libro ese es precisamente el punto de ruptura, por eso me interesaba que esa biografía fuera la primera porque es el primer quiebre. Después de esa primera fractura, todo se va dispersando. De todos modos se iba a dispersar porque había una guerra. Pero lo que me parece interesante es que al principio el apellido del protagonista es Weger, pero al final tiene una grafía española, un apellido completamente nuevo.
Justamente, nadie sabe de dónde vienen sus papás. Hay gente que se ha dedicado a rastrear sus orígenes y han logrado rastrear hasta 5 o 7 generaciones. Yo le pregunté a mi mamá, ‘tus papás, tus abuelos, de dónde vienen’ y me dijo ‘nunca le pregunté a mi papá. Y ahí se me perdió una parte de mi historia.
Entonces ahí era la obsesión. Uno también lo que hace cuando escribe es reparar obsesiones.”
Penélope Córdova
En la recta final de esta entrevista, la autora se dirige hacia lo personal, a la manera en que las creaciones se vuelcan hacia la persona, como productora directa, inseparable de su engendrador.
En este terreno es que concluye que los productos pueden salirse de las manos de sus padres y diversificarse, pero nunca romper esos lazos que los mantienen y definen.
“Creo que algo que pasa con el arte y con la literatura en este caso, es que uno cree que escribe por una cosa, pero cuando terminas y le das la obra a un primer lector, lo que pasa es que tú escribes con una idea en la cabeza, pero en realidad cada lector lee una cosa distinta.”
“Eso es bien interesante, porque tú crees que estás haciendo una cosa y el lector entiende otra. Igualmente hay unas veces en las que te faltó pericia y no expresaste lo que querías expresas, pero hay otras en las que, aunque hayas dicho lo que querías decir, el lector sigue entendiendo otra cosa porque tiene otra historia. Entonces te das cuenta de que, además de lo que querías decir, estás diciendo un montón de otras cosas que no hiciste consciente. Y que aunque no estés escribiendo sobre ti directamente, y aunque sea un trabajo de ficción, siempre va a haber una parte tuya y un poco o mucho de tus obsesiones y de las cosas que te preocupan en lo que escribes.”
Las motivaciones y la actualidad
Casi para concluir, la creadora reconoce que sus historias pueden ser bastante propias, pero también de otros, de quienes decidan tomarlas y adaptarlas a lo propio.
Por ejemplo, yo no quería escribir algo necesariamente sobre la muerte, pero por supuesto que es un libro sobre la muerte, son biografías y hay muertes sobre distintas maneras.
Yo creo que la única manera de saber por qué un autor escribe lo que escribe es interpretarlo, más que preguntarle.
A mí me parece fantástico que nos podamos inventar historias de dónde venimos. El lector general no lo sabe, pero hay gente que me conoce y dice ‘esto lo agarraste de tal’ o ‘este eres tú’.
Yo comencé con teatro y la verdad a uno le gusta poderse disfrazar y escribir ficción es una manera de de disfrazarse
Dicho lo anterior, rescata de las narraciones los escenarios y situaciones que bien pueden ser retomados para el día a día, en un mundo que parece estar en constante cambio, pero no siempre se transforma.
“Ojalá la guerra no fuera un tema con el que nos pudiéramos identificar. Ojalá las desapariciones no fuera el tema.
Ojalá pudiéramos hablar de la guerra en pasado. Aunque nosotros en México no pasamos por guerras como las que pasaron los europeos, lo que me interesaba mucho era que si tú como mexicano no sabes lo que es estar en una guerra, aunque en México tenemos nuestras propias guerras, igual puedes saber lo que se siente que te hablen por teléfono y te digan que tu papá ya no va a volver, o alguien que mata y tiene que deshacerse de su vida y crearse otra.
Creo que lo que me gustaría que tuvieran esos cuentos es que un lector pudiera identificarse no tanto por el contexto histórico sino por las motivaciones de los personajes. Porque, finalmente, las motivaciones de los seres humanos han cambiado muy poco, nos mueven casi las mismas cosas.
Eso quería rescatar, porque no importa si tienes una primera, una segunda guerra mundial; no importa si tienes una guerra contra el narco, las motivaciones van a seguir siendo siempre las mismas: buscar a tu familia, deshacerte de esa vida que te está jodiendo, huir porque si te quedas te matan, o el miedo o la ambición.
Las motivaciones siguen ahí, Y es lo que podría hacer que historias del siglo pasado se identifiquen, Al final, a todos nos pasa algo. Cuando alguien dice ‘es que mi vida no es interesarte’, ‘a mí no me pasa nada’, yo digo, ‘a todo el mundo le pasa algo’. En algún momento, a muchos nos pasan muchas cosas, o solo una, pero nos pasan cosas. Todo el mundo tiene algo que contar o que quiere contar.
Un mensaje para todos
Para finalizar, la autora habla sobre el reflejo del mundo, en el que están presentes las grandes naciones, la política pero también, la individualidad, pasando de una escala micro a la macro en un devenir constante.
En lo macro, a nivel político tienes una regla de construcción de personajes de ficción, porque es justo eso. Cuando tú estás trazando un personaje, aunque no se lo digas al lector, y aunque tú no lo escribas, tienes que tener claro de dónde viene ese personaje, porque tienes que saber por qué va hacia donde va, o por qué quiere ir hacia donde quiere ir. Porque si no sabes de qué contexto viene el personaje, por qué querría entonces irse o por qué querría conseguir tal cosa.
Entonces, todo eso se aplica al nivel político como al literario en la construcción de personajes.
Para esta última parte es donde retoma el propósito del personaje, que se rige, como las personas, según reglas específicas inintercambiables. En última instancia, su discurso revela una intención abarcadora, en la que todo lector pueda y busque encontrarse, y esa es su conclusión:
“Seguimos siendo las mismas personas. Todo somos el otro, todos somos el mismo, pero todos el otro también. Siempre vamos a estar en empatía, pero siempre vamos a estar en conflicto. Creo que eso nunca va a cambiar. No es bueno ni malo, solamente así es. Vamos a estar todo el tiempo separándonos y juntándonos. Esa convergencia cuando nos juntamos antes de volvernos a separar es ahí donde surgen las historias. Y ahí que aprovechar esos puntos de empatía.
Finalmente, la literatura lo que trabaja es la empatía. Entonces, todos somos los mismos, pero todos somos los otros”
FIL Guadalajara
Si quieres comprar boletos para poder tener acceso a la FIL Guadalajara 2022 lo puedes hacer por medio de la página de la feria o directo en Alemania #1370 en colonia Moderna.
El precio del boleto es de $25 pesos y de $20 pesos para niños, personas de la tercera edad con credencial INSEN, personas con discapacidad, estudiantes con credencial maestros, así como miembros de la Fundación Universidad de Guadalajara que presenten su credencial.
La venta de boletos inició el 24 de octubre y estarán disponibles hasta el 22 de noviembre en un horario de 9:30 am a 6:00 pm.
La Feria Internacional del Libro Guadalajara 2022 dará inició el 26 de noviembre y finalizará el 4 de diciembre.
Los horarios son: 26, 27 de noviembre: de 9:00 a 21:00 horas 28, 29 y 30 de noviembre: de 15:00 a 21:00 horas 1, 3 y 4 de diciembre: de 9:00 a 21:00 horas 2 de diciembre: de 9:00 a 23:00 por venta nocturna
A diferencia de la edición pasada, la FIL Guadalajara 2022 se llevará a cabo en la Expo Guadalajara que está ubicada en Av. Mariano Otero #149 en la colonia Verde Valle.
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