Cien años no sólo es el título de la canción más emblemática y conocida que interpretó, sino que también son los años que hubiera cumplido el 18 de noviembre de este 2017, hablamos del máximo ídolo del cine mexicano: Pedro Infante.
Casi todo mexicano tiene entre sus recuerdos cumpleañeros las mañanitas interpretadas por él. Sus películas son las que por años nos hemos chutado por la tele hasta el cansancio. Se le atribuyen milagritos, hijos falsos, dobles y hasta uno que otro dice que es el mismísimo en persona, muchas estaciones tienen su hora especial, su tumba es la más visitada año tras año y a pesar de haber cumplido más de medio siglo de muerto, paradójicamente sigue vivo.
Fuera del mito y de hasta los milagros que le achacan al buen Pedrito, analizaremos quién fue y qué hizo Pedro Infante para volverse inmortal. Proveniente de Guamúchil, Sinaloa, Pedro llegó a la Ciudad de México en los años 40 y trabajó en varios oficios, pero se mantenía de la cantada. Y eso del cine fue de pura casualidad, ya que entró para apoyar a Antonio Badú en “La feria de las Flores” de 1942. Para esos años el cine nacional comenzaba a entrar en una etapa de prosperidad y en cierta forma de abundancia y calidad, aprovechando que Estados Unidos había dejado en segundo término su industria cinematográfica por enrolarse en la Segunda Guerra Mundial. Para Pedro fue relativamente fácil enamorar a la cámara y la película “Mexicanos grito de guerra” dirigida por Álvaro Gálvez y Fuentes en 1943, lo colocó como un héroe carismático y 100% mexicano, algo que a nuestros paisanos les hacía falta y que es una fórmula que el cine gringo ha desarrollado hasta el cansancio, el nacionalismo. Tres años más tarde Ismael Rodríguez encontró en Pedro el personaje ideal para sus comedias rancheras y melodramas de arrabal de la naciente Ciudad de México. De su filmografía resaltan, “Los tres García” (Ismael Rodríguez, 1946) y “Vuelven los García” (Ismael Rodríguez, 1952), la trilogía de “Nosotros los Pobres” (Ismael Rodríguez, 1947), “Ustedes los ricos” (Ismael Rodríguez, 1948) y “Pepe el Toro” (Ismael Rodríguez, 1953), “La oveja negra” (Ismael Rodríguez, 1949) y “No desearás la mujer de tu hijo” (Ismael Rodríguez, 1950), “A toda máquina” (Ismael Rodríguez, 1951) y “¿Qué te ha dado esa mujer?” (Ismael Rodríguez, 1953), “La vida no vale nada” (Rogelio A. González, 1955), “Islas Marías” (Emilio “Indio” Fernández, 1951), “Dos tipos de cuidado” (Ismael Rodríguez, 1952) considerada como la mejor comedia ranchera y “Tizoc: Amor indio” (Ismael Rodríguez, 1957). Pero sin duda “Los Tres García”, “Nosotros los pobres” y “Tizoc: Amor indio” son las cintas que lo pusieron en la gloria. Fuera de toda las historias y personajes que desarrolló Pedro Infante, existen varios factores que lo han hecho un ídolo a la altura de la Virgen de Guadalupe y el Santo, un ícono del cine nacional y casi un santo al que se le cuelgan todo tipo de milagritos. Pero fuera de todo eso, Pedro fue un gran actor muy explotado en la comedia ranchera, sus personajes lo encasillaron y alimentaron su fama de mujeriego, dicharachero y hasta borracho, cosa que él no hacía ya que era abstemio.
El legado: Las ventas de sus discos siguen siendo récord y sobre todo una mina de oro tanto para la televisión mexicana, como las disqueras que año tras año se alimentan de su talento y su carisma. Sus películas han sido reproducidas hasta el cansancio, se le dedican varias horas a diario dentro de las frecuencias radiales y varios artistas fracasados recurren a sus canciones y su imagen para tratar de conseguir lo que a Pedro le sobraba: el talento y el carisma. Lamentablemente, su trabajo histriónico fue encasillado en papeles muy por debajo de su capacidad de actor. De la mano de Ismael Rodríguez logró obtener el Oso de Oro del Festival de Berlín, por la cinta “Tizoc: Amor indio”, premio que nunca tuvo en sus manos por su fallecimiento en ese mismo año. Pedro Infante ha representado para el pueblo de México una figura difícil de igualar. Obviamente los medios y la época en la que vivió fueron parte importante de esa consagración, pero es importante destacar que fuera de todos esos mitos que se le achacan, la falta de identidad que han tenido los mexicanos es un factor importante para crear este tipo de ídolos, algo que ninguna otra estrella de cine ha logrado. Gracias al cine y a toda la parafernalia que se creó a su alrededor, a Pedro no lo han dejado morir, tal vez hace falta que vuelvan a pasar muchos años para que alguien con su carisma y sencillez sean los nuevos ídolos de un pueblo que pide a gritos alguien a quien poner en su altar.
La relación entre Pedro e Ismael fue simbiótica, ya que Ismael hizo que los personajes que creó fueran trajes a la medida de Pedro. Tan es así que no se puede hablar de uno sin mencionar al otro. Incluso sin Ismael, Infante no hubiera llegado a ser el ídolo del cine nacional, como se le conoce hasta ahora. Ismael Rodríguez vio la tonalidad y simpatía de Pedro Infante y propuso darle apoyo en la compañía cinematográfica que tenía junto con sus hermanos. Pedro, por su lado, fue un actor que se metía por completo en el personaje que le tocaba interpretar, por eso, se dice, que las escenas emotivas las dejaba para lo último, porque se quedaba llorando un buen rato. Pero el encuentro entre los dos fue de dos diamantes en bruto: no fue casual que su primera experiencia, ya solos, fuera un juego de cómo se filma la peor película de la historia, Escándalo de estrellas de 1944, que, como pecado de juventud, fue también un manifiesto de ruptura. A esta dupla y equipo que se formó en la producción de sus cintas se le agregó Blanca Estela Pavón y el argumentista Rogelio A. González que, por medio de un puñado de películas, una cada más audaz que la anterior, elaboraron el mayor mito de la cultura popular mexicana. El éxito de las cintas y el ojo cinematográfico de Ismael, es que a todos los personajes les dio roles invertidos, como la abuela matriarca que lleva las riendas de “Los tres García” , o la niña marimacha que escupe, blasfema, tiene una pistola en lugar de una muñeca y adopta como mascota a Chabela, una serpiente en la cinta “Los Tres Huastecos” de 1948.
Por el otro lado, Pedro encarna a personajes que revelan los valores más firmes del mexicano de los años 50 y 60, que a la vez revaloran en sus hijos el valor de este excelente actor, mediante las cintas de Ismael. Todo sentimiento es expresado con demasía, mediante argumentos barrocos y hasta sorpresas tecnológicas para ese tiempo, como la triplicación de Pedro en “Los Tres Huastecos”. Todos estos personajes y las historias que Infante y Rodríguez simplemente dieron en lo más profundo del pueblo mexicano, ya que de alguna forma dieron voz y sobre todo dignidad a toda esa naciente sociedad que comenzaba a ser tan desigual entre ricos y pobres. Ellos simplemente les dieron valor a los que la política social nunca les dio, las clases más bajas y populares. Es por esto que la gente les ha creado un altar.
Y es por el centenario del natalicio de Pedro Infante Cruz que se le harán diversos homenajes y entre los que más destacan la del INBA, por medio de la Coordinación Nacional de Artes Visuales, en colaboración con el IMCINE, la Cineteca Nacional y el Sistema de Transporte Colectivo Metro, presentarán la exposición fotográfica “Por siempre, Pedro Infante”, que conmemora la fecha. Esta muestra está en la Metrogalería de la estación Bellas Artes donde permanecerá hasta el 31 de enero del próximo año con varias fotos del “ídolo de Guamúchil” y el de la Cineteca Nacional que presentará un ciclo compuesto por 10 películas dirigidas por el artífice de su figura cinematográfica, Ismael Rodríguez, desde el 21 hasta el 30 de noviembre. También la Cineteca Nacional tendrá una exposición dedicada al histrión sinaloense en las rejas de la calle de Mayorazgo, compuesta por 30 fotografías en gran formato. Éstas estarán acompañadas por la exposición “2 tipos de cuidado. Ismael Rodríguez y Pedro Infante”, misma que supone un recorrido por el trabajo de la mancuerna fílmica de 1943 a 1957, a través de 10 fotografías y una línea de tiempo. Cabe resaltar que el material de ambas muestras está por cortesía de Fundación Ismael Rodríguez Jr., Fundación Televisa y del propio Acervo de Cineteca Nacional. Estará disponible desde el 24 de noviembre y todo lo que resta del año.
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Además de las mencionadas actividades, la Cineteca ha colaborado con el proyecto de Google Arts & Culture que dedicará una exposición virtual a Pedro Infante, de la misma manera, la plataforma tendrá un espacio para el mítico actor mexicano.
Por JuanMac
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