Unicef señaló que 160 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan, es decir, uno de cada diez menores en el mundo, por lo que hace un llamado a invertir más en educación así como en facilitar el regreso de desertores a la escuela
En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se celebrá este 12 de junio, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hicieron un llamado para que los gobiernos inviertan más en una educación de calidad y faciliten el regreso de los alumnos que por alguna razón desertaron de la escuela.
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De acuerdo con cifras de Unicef, en el mundo, 28% de los niños de 5 a 11 años y 35% de los niños de 12 a 14 años que trabajan no están escolarizados, por lo que también invitan a las empresas a luchar contra esta situación.
En su reporte más reciente, Unicef señaló que 160 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan, es decir, uno de cada diez menores en el mundo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó en otro reporte que el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora mañana, “tiene como objetivo servir de catalizador para el movimiento mundial contra el trabajo infantil”. El lema de este año es “Justicia social para todos. Poner fin al trabajo infantil”.
En un llamado conjunto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pidieron reforzar el combate contra el trabajo infantil, empezando por garantizar el acceso escolar de los menores.
Para lograr ese objetivo, dijeron que es necesario aumentar el gasto en educación de calidad y facilitar el regreso de todos los niños a la escuela, entre ellos los que estaban sin escolarizar antes de la pandemia de covid-19.
La experiencia de las tres últimas décadas ha demostrado que el trabajo infantil puede eliminarse si se abordan sus principales causas”, destacó la ONU.
Entre las medidas para abordarlas mencionó el establecimiento y la aplicación de un marco jurídico sólido basado en las Normas Internacionales del Trabajo y el diálogo social.
Enlistó la provisión de acceso universal a una educación de buena calidad y a la protección social, así como medidas directas para aliviar la pobreza, la desigualdad y la inseguridad económica.
Agregó la promoción del trabajo decente para los trabajadores adultos. Con la pandemia de covid-19 aumentó significativamente la cifra de niños trabajando y en países africanos menores afirmaron que empezaron a trabajar con el fin de ayudar a sus padres, desempleados por el impacto económico de la emergencia sanitaria.
Empecé a trabajar porque estábamos realmente mal”, dijo una niña de 13 años en Uganda. “El hambre era demasiada como para quedarnos sentados esperando”, agregó la menor, una de 81 niños y niñas de Ghana, Nepal y Uganda que citó la ONG Human Rights Watch en un reporte presentado en mayo de 2021.
La mayoría de los trabajos son extenuantes y muy peligrosos, por ejemplo, en Uganda y Ghana, los niños que trabajaban en minas dijeron que cargaban bolsas muy pesadas con minerales, trituraban las piedras con martillos, aspiraban el polvo y los gases de las máquinas procesadoras y manipulaban mercurio tóxico, indicó.
En su reporte, la ONU señaló que casi 79 millones, de los 160 millones que trabajan, están realizando labores que ponen en riesgo su salud y sus vidas.
Advirtió que entre los niños y niñas que realizan trabajos peligrosos, el aumento fue de 6.5 millones.
Con 72 millones, África ocupa el primer lugar de las regiones con niños laborando, le sigue Asia y el Pacífico, con 62 millones, las Américas, con 11 millones, Europa y Asia Central, en donde trabajan seis millones de niños y los Estados árabes, con un millón.
En su informe, con las últimas cifras actualizadas, Unicef refirió que 112 millones de niños trabajan en el sector agrícola, 31.4 millones en el sector de servicios y 16.5 millones en el sector industrial.
Agregó que millones de otros niños trabajan en condiciones terribles como la trata (1.2 millones), servidumbre por deuda u otras formas de esclavitud (5.7 millones), víctimas de la prostitución y la pornografía (1.8 millones) o como niños soldados (300 mil).
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Con información de Excélsior