El perdón del papa Francisco fue por “el mal que tantos cristianos cometieron contra los indígenas” de Canadá
El papa Francisco pidió perdón ante la política “devastadora” de asimilación forzada en internados para jóvenes indígenas en Canadá.
El líder de la Iglesia católica está en territorio canadiense precisamente en un viaje que consideró tratar este tema, uno de los más polémicos sobre ataques a los derechos humanos contra esa comunidades.
El pontífice argentino, de 85 años, llegó el domingo a Edmonton (provincia de Alberta) para una visita de seis días que ha sido muy esperada por los pueblos indígenas locales principalmente de tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit.
El perdón del papa Francisco fue por “el mal que tantos cristianos cometieron contra los indígenas” de Canadá y lamentó la colaboración de su Iglesia en lo que calificó de “destrucción cultural”.
“Estoy dolido. Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, dijo ante una multitud de indígenas de Primeras Naciones, Metis e Inuit en Maskwacis, en la provincia de Alberta.
El lugar en que nos encontramos hace resonar un grito de dolor”, afirmó el pontífice argentino de 85 años.
Esperada por mucho tiempo, la visita papal suscita esperanza entre algunos sobrevivientes y sus familias. Muchos esperan también gestos simbólicos, como la restitución de objetos de arte indígenas conservados en el Vaticano desde hace décadas.
El martes, el papa celebrará una misa en el estadio Commonwealth de Edmonton donde se esperan unas 65 mil personas, antes de dirigirse al lago Sainte-Anne, sitio de una importante peregrinación anual.
El miércoles visitará la ciudad de Québec antes de la última etapa del viaje, el viernes en Iqaluit (Nunavut), ciudad del norte canadiense en el archipiélago ártico.
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En el centro de este “peregrinaje penitencial” está el doloroso capítulo de las “escuelas residenciales” para niños indígenas, un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de al menos 6 mil menores por enfermedad, desnutrición, negligencia o abusos desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, y que creó un trauma a varias generaciones.
El gobierno canadiense, que ha indemnizado con millones de dólares a antiguos alumnos, se excusó oficialmente hace 14 años por haber creado estas escuelas para “matar el indígena en el corazón del niño”.
Después de que lo hiciera el gobierno, la iglesia anglicana también presentó sus disculpas. Pero la Iglesia católica, a cargo de más del 60% de estas escuelas, no lo había hecho hasta ahora.
En abril que todo cambió cuando el papa Francisco presentó excusas en el Vaticano y prometió venir a Canadá, por lo que ahora miles de indígenas esperan a que el Pontífice reitere las disculpas, esta vez en su territorio.
lrededor de 150 mil niños indígenas fueron matriculados a la fuerza en estos centros, donde fueron separados de sus familias, de su lengua y de su cultura y a menudo fueron víctimas de violencia física, psicológica y sexual.
Canadá está abriendo paulatinamente los ojos a este pasado calificado como “genocidio cultural” por una comisión nacional de investigación. El descubrimiento de más de mil 300 sepulturas anónimas en 2021 cerca de dichos centros provocó una ola de rechazo.
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CAB