Cubiertos de azúcar o con amaranto, ambos panes siempre deben -leyó usted bien- comerse acompañados de un rico chocolate, ¿cuál prefiere?
Recientemente una cafetería lanzó a la venta una “nueva forma” de presentar el ya tradicional pan de muerto y creó un muertito, es decir, un pan con un figura de hombrecito cubierto con azúcar; y aunque muchos pensaron que esta era una innovación, la verdad es que data de hace muchas décadas.
Con la llegada de la icónica fecha de Día de Muertos, muchos locales y comercios buscan subirse al boom de ofertas de temporada y presentan sus productos con alguna alusión a calaveras, flores de cempasúchil y colores festivos.
Sin embargo, existen dos variaciones de pan que son la debilidad de todo mexicano: El pan de muerto y los muertitos.
Como mencionamos, luego de que una empresa compartiera su nueva versión de este pan de origen oaxaqueño, muchos se preguntan, ¿con cuál es el correcto para celebrar estos días?
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Pan de muerto
Una ofrenda o altar a los fieles difuntos no está completa sin la presencia de este tipo de pan, el cual es una mezcla de culturas prehispánicas y españolas que representan la alegría de los pueblos mexicanos por festejar la muerte y el tradicional uso del trigo en el mundo católico europeo.
Su figura es mundialmente identificable y se caracteriza ser redondo y tener una bola de masa que en la parte superior con cuatro tiras que salen de su centro.
De acuerdo con la tradición, la cúspide representa el cráneo de un muerto y las tiras hacen alusión a los huesos y a las lágrimas derramadas por las personas que ya no están.
Pueden estar cubiertos de azúcar o bien de amaranto, y siempre deben -leyó usted bien- comerse acompañados de un rico chocolate o un buen café de olla.
Sobre su origen existen muchas versiones, ya que hay quienes dicen que las cuatro tiras colocadas en forma de cruz simbolizan los cuatro puntos cardinales consagrados a los dioses antiguos: Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe Tútec y Tezcatlipoca.
Algunos otros historiadores señalan que este pan se vincula a la asociación del pan de la eucaristía (símbolo de la religión católica) el cual fue implementado por los españoles a su llegada a México.
Y una más dice que el Pan de Muerto es una forma de ofrecer doncellas al sacrificio de los dioses y colocar el su corazón en un recipiente lleno de amaranto, o bien que los antiguos pobladores de Mesoamérica enterraban con sus pertenencias a los muertos con un pan elaborado con semilla de amaranto, cubierto con la sangre de los cuerpos que eran ofrecidos en sacrificio a los dioses.
Muertitos o la muerte
Originarios de Oaxaca, aunque también se venden en el Estado de México, Morelia, Guadalajara, Morelos, Guanajuato, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, este pan tiene una figura humana y está hecho de yema de huevo, harina y canela.
Estos panes tienen en su sabor la tradición de los pueblos regionales, ya que en la gran mayoría de las panaderías, los elaboran en hornos de leña.
Su representación es la de un fieles difunto amortajado o bien de un hombrecito sin rostro, y aunque es mayormente utilizado para adornar los altares, su sabor se distingue bastante de su antecesor.
Y es que de acuerdo con la tradición, los muertitos son menos azucarados y con un sabor más cenizo, esto porque representan a los difuntos que a su paso han dejado el sabor de la vida.
Aunque existen versiones con caritas de muertos los cuales están bañados en azúcar similar al de las conchas.
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NCV