“Un niño pequeño no debería tener que despedirse de su compañera de juegos, su mejor amiga, su hermanita”, escribió Sooter en Facebook
En noviembre de 2016, la pequeña Adalynn Sooter, oriunda de Rodgers, Arkansas (Estados Unidos), fue diagnosticada con un tumor cerebral. Como parte del tratamiento fue sometida a 33 sesiones de quimioterapia, lo que permitió matar a las células cancerosas. Sin embargo, tiempo después regresaron.
Con apenas cuatro años, “Addy”, como la llamaba su familia, murió el pasado 3 de junio.
Matt, su papá, compartió una desgarradora, pero a la vez conmovedora, foto a través de su cuenta de Facebook. En la misma se puede observar a su hijo Jackson, de seis años, consolando y acompañando a su hermana en sus últimos días de vida.
En la imagen está Addy en su habitación de hospital, visiblemente debilitada por el cáncer, mientras su hermano le toca la cabeza con su mano derecha.
“Un niño pequeño no debería tener que despedirse de su compañera de juegos, su mejor amiga, su hermanita”, escribió Sooter en Facebook.
El tumor que atacó a Addy, llamado DIPG (por sus siglas en inglés), es una forma muy rara y altamente agresiva de cáncer que se comúnmente en niños de entre cinco y nueve años.
A la pequeña se le diagnosticó con tan solo dos años.
Este tipo de tumor se encuentra en la base del cerebro y en la parte superior de la columna vertebral. Sin embargo, hasta el momento se desconoce cómo se origina.
Para el funeral de la pequeña, que se llevó a cabo el último fin de semana en Arkansas, la familia pidió que no manden flores, sino que consideren una donación a la Fundación Michael Mosier que lucha para combatir el DIPG, o para el hospital de niños de Arkansas.
“Gracias a todos por sus oraciones y palabra amables. Extrañamos a nuestra hijita, pero nos alegra saber que no está sufriendo”, escribió Matt.
Agregó que la pequeña donó sus tumores para que fueran estudiados y, así, otros con la enfermedad tuvieran más opciones.