La vista, el riñón y el pie son los principales órganos que pueden dañarse si el paciente no controla debidamente su diabetes.
La diabetes es una enfermedad que se esparce por el cuerpo, espesando la sangre que, a su vez, genera otra clase de problemas cuando comienza a recorrer el cuerpo. Uno de estos problemas es la afectación de algunos órganos del cuerpo que ceden ante el paso de una sangre con glucosa concentrada.
Corazón y vasos sanguíneos
Las enfermedades cardiovasculares son una causa frecuente de muerte en diabéticos. El aumento de los niveles de azúcar en la sangre tiene un efecto adverso sobre los niveles de grasa en el torrente sanguíneo, dando lugar a la formación de placa en los vasos sanguíneos. El desarrollo de arteriosclerosis contribuye a insuficiencia cardiaca congestiva, ataque cardíaco y derrame cerebral debido a un estrechamiento de los vasos. Tener la presión arterial alta aumenta estos riesgos.
Sistema genitourinario
Los niveles altos de azúcar en sangre en diabéticos pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad renal. Debido a la tensión constante de filtrado de altos niveles de azúcar en la sangre, los riñones pueden resultar dañados, a la larga fugando proteína en la sangre y progresando en la enfermedad renal terminal. La presión arterial alta aumenta el riesgo. Algunos pacientes con diabetes pueden desarrollar problemas de vejiga.
Los nervios que conducen a la vejiga pueden funcionar mal y causar espasmos conocidos como vejiga hiperactiva y algunos pacientes pierden el control del esfínter que mantiene la orina, lo que resulta en incontinencia.
La disfunción eréctil es una queja entre algunos hombres diabéticos, ya que las células nerviosas y los vasos sanguíneos se dañan y ya no pueden suministrar y mantener la sangre necesaria para la formación de una erección.
Sistema nervioso
El daño nervioso puede ser consecuencia de altos niveles de azúcar en la sangre. La neuropatía diabética periférica provoca síntomas como hormigueo, dolor y entumecimiento en las manos, los pies y la piel, junto con debilidad. La neuropatía autonómica diabética puede causar que los intestinos dejen de funcionar correctamente y también puede resultar en pérdida de control urinario, pérdida de la función sexual y cambios en la capacidad de sudoración corporal. El desarrollo de la neuropatía diabética puede incluir pérdida de la capacidad del sistema nervioso para reconocer las señales de advertencia de bajo nivel de glucosa en la sangre, ataques al corazón y lesiones en los pies debido a la pérdida de sensación.
Ojos
Un nivel de azúcar alto en la sangre contribuye a las complicaciones oculares, algunas de los cuales pueden conducir a la ceguera. Las cataratas son también comunes en los diabéticos, especialmente en aquellos con diabetes tipo 2. Los niveles altos de glucosa en la sangre pueden causar presión en el ojo, lo que resulta en glaucoma. Esto puede causar la pérdida de suministro de sangre a la retina y el nervio óptico, que puede dar lugar a la ceguera.
La retinopatía diabética es causada por el daño a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, dando lugar a fugas de fluídos y sangre que pueden causar pérdida de la visión.
Piel y pies
Los cambios en el sistema nervioso pueden resultar en el mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas y lubricantes, porque los nervios que controlan estas glándulas no funcionan. Esto puede conducir a erupciones y piel seca, agrietada y descascarada. Si la diabetes causa daños importantes en los vasos sanguíneos, disminuye la circulación y las heridas no se curan bien. Los diabéticos también son propensos a infecciones micóticas de la piel y pueden desarrollar úlceras en los pies.
Si la circulación es muy pobre, las heridas en los pies pueden infectarse y no pueden sanar, lo que a veces da lugar a la amputación de los pies, lo que se conoce como pie diabético.
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