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Por Hanna García Arredondo
La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Tijuana (CANACO Tijuana) enfrenta una serie de ataques mediáticos y presiones externas que han puesto en entredicho su autonomía y su proceso interno de liderazgo
La controversia estalló tras la publicación de un documento en contra de Olivaldo Paz Gómez, firmado por los presidentes de CANACO Ensenada, Mexicali y Tecate, además de la dirigente de CANACOPE Tijuana y la vicepresidenta de Inclusión de CONCANACO. Esta intervención ha generado preocupación dentro del sector empresarial, pues vulnera la independencia de la cámara y contradice el modelo federativo que rige estas organizaciones. Entre las principales críticas a esta injerencia se encuentran:
- La interferencia con el principio de subsidiariedad en las cámaras empresariales.
- La violación de la facultad soberana de cada organismo para resolver sus conflictos internos.
- La imposición de un presidente interino sin el respaldo de la asamblea local.
El trasfondo del conflicto parece estar ligado a la viralización de información no verificada sobre la gestión de Paz Gómez. En lugar de basarse en pruebas concretas, sus detractores han impulsado una narrativa que, según fuentes cercanas a la cámara, prioriza percepciones sobre hechos comprobables. Esto, advierten, sienta un precedente peligroso al:
- Usar campañas de desprestigio como herramienta de disputa interna.
- Debilitar la estructura de mando al supeditar decisiones a factores externos.
- Ignorar el mandato otorgado democráticamente por los afiliados.
El caso ha escalado con acusaciones contra Paz Gómez que incluyen presuntos vínculos con el crimen organizado y abuso sexual, aunque hasta el momento no hay evidencia que sustente estos señalamientos. Sus defensores consideran que se trata de una campaña de desinformación con intereses ajenos a la cámara.
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Más allá del impacto en CANACO Tijuana, la situación también pone en entredicho la credibilidad de los firmantes del documento: Nicolás Ayub Martínez, presidente de CANACO Ensenada; José Antonio Villa González, presidente de CANACO Mexicali; Jorge Luis Rodríguez Curiel, presidente de CANACO Tecate; Mónica Alfaro Reyes, dirigente de CANACOPE Tijuana; y Gina Ivethe Villalobos González, vicepresidenta de Inclusión de CONCANACO. Al involucrarse en un conflicto con tintes políticos y motivaciones poco claras, estos líderes empresariales corren el riesgo de dañar su reputación y la confianza de sus afiliados.
En un contexto donde la unidad del sector empresarial resulta clave, este episodio ha dejado en evidencia la fragilidad de los liderazgos y la facilidad con la que actores externos pueden influir en decisiones internas, dejando en segundo plano los principios de legalidad e institucionalidad que deberían prevalecer.