El obispo de la diócesis de Chilpancingo insistió en la necesidad de dialogar con los líderes del crimen organizado con el fin de reducir la violencia, que ya es “el pan de cada día en Guerrero y en México”
Después del asesinato de dos sacerdotes el lunes en la carretera Taxco-Iguala, el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, insistió en la necesidad de dialogar con los líderes del crimen organizado, como él reconoce que hace, con el fin de reducir la violencia y pidió a los electores que en los comicios presidenciales de julio voten por quien pueda pacificar el país.
“Yo abiertamente lo he dicho, he dialogado con los capos, con los jefes de esos grupos para que cuiden a los sacerdotes, religiosas, seminaristas”, dijo Rangel. “Siempre he hablado de diálogo para buscar la paz”, agregó el prelado a medios internacionales.
El homicidio de los curas, ocurrido en la madrugada del lunes cuando regresaban con otras cuatro personas de las fiestas por la Virgen de la Candelaria en la comunidad de Juliantla, fue —a juicio del obispo— un “incidente fortuito” que atribuye a criminales de otros estados con quienes no ha tenido contacto. Según explicó, los sacerdotes —que eran también músicos— participaron en el espectáculo de esa localidad en el municipio de Taxco y cuando ya se iban y adelantaron un vehículo, sus ocupantes debieron enojarse, les rebasaron y les acribillaron.
No obstante, añadió, lo preocupante es que “estos incidentes son el pan de cada día en Guerrero y en México”, y que en ocasiones ocurren con “cierta complicidad de las autoridades”.
De acuerdo al Centro Católico Multimedial van 21 sacerdotes asesinados en el país durante actual administración, desde diciembre de 2012, un lustro en el que se ha multiplicado la violencia en general. Muchos de estos religiosos trabajaban en contacto directo con las víctimas.
Según datos de la Secretaría de Gobernación, 2017 batió récords con más de 25,000 asesinatos y Guerrero fue el estado con mayor número —2,318— y el tercero en tasa de homicidios: 64.26 por cada 100,000 habitantes.
Pese a esta situación, la apuesta por hablar con los criminales no está exenta de polémica: los políticos en general y las autoridades de Guerrero en particular se han opuesto a ella.
Las palabras de Rangel llegan también cuando el arzobispado de la capital acaba de cambiar de titular tras la jubilación del cardenal Norberto Rivera. Su nuevo líder, Carlos Aguiar, en su primera misa el lunes al asumir el cargo, se dijo abrumado por “situaciones que violentan la justicia y la paz, agresiones que denigran nuestra condición de hermanos, y que fomentan una vida de confrontación, discriminación, de menosprecio a la dignidad humana, y que conducen a la angustia, a la tragedia y a la muerte”. Y aunque apostó por la reconciliación, no fue más allá.
Imagen: Arquidiócesis de Morelia
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