(DE CUBA A FLORIDA NADANDO)
A cualquier “cinefilo” perdido le encanta una buena historia de superación, y si esta es real, aún mejor.
Si se le agregan algunos ingredientes como el peligro de perder la vida, de una dama que supera los 60 años, además de deportista incomparable, la narrativa no tiene desperdicio.
Aún más, cuando las protagonistas son las laureadas Annette Bening (Diana Nyad), que realiza un místico rol para considerarse desde ya, como candidata al OSCAR de la academia, y la invariablemente genial Jodie Foster (Bonnie Stoll) su entrañable amiga, entrenadora tenaz, además de sicóloga personal con un toque humanista excepcional, la terna de incomparables actuaciones la cierra el enigmático, especialmente flemático, actor y cantante inglés Rhys Ifans (John Bartlett) con un lenguaje físico y verbal por demás cautivador.
Independientemente de los intentos que tuvo que realizar para lograr su meta, durante más de 35 años, “NYAD”, ya aprenderán el significado, cuando la vean, es un ejemplo de tesón, pero igualmente un relato desgarrador, ante una serie de agresiones sexuales que arrancan las lágrimas del espectador, por la frustración ante la confesión tardía, y sin embargo, eso en el fondo del recurrente recuerdo doloroso, es uno de sus mayores alicientes, para enterrar el terrible pasado.
El film se estrenó apenas el mes pasado en NETFLIX, y para cualquiera que se aprecie de degustar el buen cine, es casi una obligación necesaria para aprender infinidad de lecciones de vida, entrega, arrojó y sobre todo valor, valor de proporciones épicas el gestado por una mujer, única y ejemplar.
Para terminar merece la pena destacar efusivamente el trabajo al limón de los directores Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi.
Concluyó no sin antes enfatizar que las fotografías al final de las actrices y sus interpretadas son sencillamente fosforescentes por lo motivadoras.
Buena Semana Siempre.
Carlos Mora Álvarez.