Una familia de Indonesia detonó explosivos afuera de una comisaría, un día después de que miembros de otra familia lanzaron un ataque suicida coordinado contra tres iglesias causando varias muertes
En Indonesia se registró un nuevo atentado suicida, cometido por una familia de cinco miembros, incluida una niña de 8 años que sobrevivió, contra una comisaría, hiriendo a diez personas, en la ciudad de Surabaya el lunes.
Este atentado y los perpetrados contra iglesias cristianas, hacen temer por una mayor influencia del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el sudeste asiático, donde ha reivindicado ataques en los últimos tiempos.
Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, se vio arrastrado a su propia “guerra contra el terrorismo” con los atentados de Bali en 2002, que provocaron 202 muertos.
Las autoridades lanzaron entonces una gran ofensiva contra los extremistas islamistas y debilitaron las redes más peligrosas. Pero el grupo EI ha logrado recientemente movilizar de nuevo al sector extremista indonesio.
Atentados suicidas y ataques armados en Yakarta costaron la vida a cuatro civiles en enero de 2016. Los cuatro agresores fueron abatidos en estos ataques reivindicados por el grupo EI, los primeros de esta magnitud en Indonesia desde 2009.
Los ataques del domingo contra tres iglesias en Surabaya fueron realizados por seis miembros de una misma familia y causaron 12 muertos.
La madre, el padre, las dos hijas de 9 y 12 años y los dos hijos de 16 y 18 años estaban vinculado al movimiento extremista islamista indonesio Jamaah Ansharut Daulah (JAD), que apoya al grupo EI, según la policía.
El padre, Dita Priyanto, era el líder de la célula local del movimiento JAD. Fue él quien “dio instrucciones a la célula para actuar”, dijo a los periodistas el lunes el director de la policía nacional, Tito Karnavian.
El lunes fue otra familia quien cometió un atentado suicida contra una comisaría, provocando al menos diez heridos, además de cuatro muertos entre los agresores. La hija de 8 años sobrevivió, declaró Frans Barung Mangera, portavoz de la policía de la provincia de Java Oriental.
“Había cinco personas en dos motocicletas. En una de ellas era una niña pequeña. Se trata de una familia”, según Karnavian.
Los ataques en Surabaya del domingo y el lunes pueden haber sido provocados por la detención de los líderes de JAD y estar vinculados a enfrentamientos mortales provocados por islamistas en una prisión de alta seguridad en las afueras de Yakarta la semana pasada, añadió Karnavian.
Aman Abdurrahman, líder espiritual del JAD encarcelado desde hace años por ataques terroristas, iba a ser liberado en agosto pasado, antes de ser mantenido en prisión por su supuesta participación en los ataques de Yakarta en 2016.
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