De acuerdo con el investigador Rubén Ruíz Guerra, este evento podría haberse realizado a cambio de 12.5 millones de dólares por una concesión de cinco años.
En el centro de la devoción mexicana y latinoamericana, la Virgen de Guadalupe no solo es un símbolo religioso, sino también un fenómeno cultural y político que ha perdurado a lo largo de las generaciones. En un reciente episodio del programa Largo Aliento, conducido por Sabina Berman, se trató una controversia que ha influido en la relación entre la Iglesia y el mundo empresarial: la posible venta de la imagen de la Virgen de Guadalupe por parte del cardenal Norberto Rivera a empresarios japoneses.
Desde su aparición en el siglo XVI, la Virgen de Guadalupe ha sido considerada por millones como un símbolo de fe y protección. La tradición relata que se le apareció a Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, y desde entonces, su imagen ha sido un referente de la religiosidad popular en México y en gran parte de América Latina. Sin embargo, más allá de su dimensión religiosa, la Virgen se ha transformado también en un potente ícono cultural y político. Esta cuestión ha sido objeto de debate durante siglos: ¿cómo es posible que una figura religiosa haya sido utilizada en tantas áreas, desde la resistencia hasta la política?
La comercialización de la imagen religiosa de la Virgen de Guadalupe no es un fenómeno reciente. Según los expertos que participaron en el programa Largo Aliento, la figura de la Virgen ha sido utilizada tanto en el turismo religioso como en la publicidad y otros sectores económicos. Sin embargo, el análisis que ha adquirido mayor relevancia es el relacionado con la posible «venta» de su imagen. Rubén Ruíz Guerra, quien lo mencionó, afirmó que Norberto Rivera, como máximo representante de la Iglesia en México, habría vendido la imagen de la Virgen por 12.5 millones de dólares a empresarios japoneses, a cambio de una concesión de cinco años.
El eje principal de la controversia radica en si es correcto o ético utilizar una imagen sagrada con fines comerciales. El supuesto acuerdo entre Norberto Rivera y empresarios japoneses, tal como se presentó en el programa, desató un intenso debate entre los invitados, quienes destacaron cómo la Iglesia Católica, en ocasiones, ha estado implicada en la comercialización de símbolos religiosos. Esta situación renovó las críticas sobre el uso de la fe con fines lucrativos.
Los 12.5 millones de dólares mencionados por los expertos se refieren a una negociación que muchos han calificado como una estrategia para capitalizar la imagen religiosa más venerada de México. Aunque este no es el único caso relacionado con la explotación económica de figuras religiosas, adquiere una relevancia particular debido a la conexión directa con el cardenal primado de México, quien desempeñaba un papel fundamental en la jerarquía de la Iglesia Católica.
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Aunque la Virgen de Guadalupe es un símbolo de fe para millones de personas, también ha sido utilizada como un emblema de resistencia y unidad política en diferentes momentos históricos. El sociólogo Bernardo Barranco explica cómo esta figura ha jugado un papel fundamental en la cohesión social de la comunidad latina, especialmente en contextos de migración y lucha por derechos civiles. Sin embargo, la relación de la Virgen con el poder, ya sea político, económico o religioso, también ha sido un tema de debate.
La comercialización de la Virgen de Guadalupe no se limita únicamente a acuerdos privados como el mencionado, sino que también abarca un vasto mercado de turismo religioso que genera grandes ingresos. Cada año, miles de personas viajan a la Basílica de Guadalupe, convirtiéndola en uno de los destinos más visitados de México. Esta afluencia ha llevado a la Iglesia a obtener ingresos a partir de su figura, mediante la venta de productos, recuerdos y eventos relacionados con la Virgen.
Además, su imagen ha sido utilizada en diversas campañas publicitarias, algunas de ellas muy controversiales, con el fin de capitalizar la devoción y veneración hacia esta figura religiosa. La discusión sobre si esto constituye una apropiación comercial de la fe sigue siendo un tema delicado y relevante en la sociedad mexicana.
La Iglesia Católica, mediante declaraciones y pronunciamientos de varios de sus representantes, ha intentado abordar las inquietudes que surgen sobre el uso comercial de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Aunque es cierto que la Iglesia tiene el derecho de generar recursos para sus actividades, también se ha visto presionada por la opinión pública y los sectores más críticos, quienes cuestionan si este tipo de prácticas comprometen la pureza del mensaje religioso.
La figura de la Virgen de Guadalupe sigue siendo un emblema de gran importancia en México y América Latina. Sin embargo, su uso en contextos comerciales plantea un dilema moral y ético que persiste hasta el día de hoy. La controversia sobre la venta de su imagen a empresarios japoneses es solo un episodio más en una historia de múltiples facetas, en la que la Virgen ha sido tanto un símbolo de resistencia como una herramienta de mercado.
En este contexto, el programa Largo Aliento invitó a los oyentes a reflexionar sobre el uso de los símbolos religiosos en la sociedad contemporánea y a cuestionar las narrativas históricas que han moldeado la imagen de la Virgen de Guadalupe.