Rezagos en matemáticas, problemas con la alfabetización, pérdida de condición física y ansiedad mental, es algo de lo que padecen los niños
El largo periodo de aislamiento y distanciamiento social, derivado de la pandemia por Covid-19, ha comenzado a provocar secuelas en la conducta de los menores, quienes al permanecer por tanto tiempo alejado de las instituciones educativas, comienzan a manifestar rezagos de índole conductual.
De acuerdo con el el organismo de control de la educación de Gran Bretaña, los menores de 5 años han sido los más afectados al presentar retrocesos en su desarrollo e independencia evolutiva, llegando al punto de olvidar cómo se come con cubiertos o volver a usar pañales.
La Oficina para los Estándares Educativos, Servicios y Habilidades para Niños (Ofsted por sus siglas en inglés), publicó cinco reportes basados en lo encontrado en más de 900 visitas a proveedores de educación y atención social en todo Inglaterra desde septiembre.
Los resultados demuestran que las interrupciones ocasionadas por la pandemia impactaron negativamente en el desarrollo de pequeños que acudían a guarderías o a los primeros años de kínder.
Este retroceso fue mayor para los niños cuyos padres que trabajan, pues “experimentaron el doble golpe de menos tiempo con sus padres y menos tiempo con otros niños”, dijo Amanda Spielman, inspectora general de la oficina.
Spielman comentó que los profesores reportaron que algunos estudiantes que ya habían sido entrenados para ir al baño volvieron a necesitar usar pañales y “otros olvidaron algunas habilidades básicas que habían dominado, como comer con cubiertos, sin mencionar la pérdida de los primeros progresos en palabras y números”.
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Otros pequeños también se han rezagado en matemáticas, tienen problemas con la alfabetización y concentración o perdieron condición física, señala el reporte.
Algunos más muestran señales de ansiedad mental, que se manifestó en el aumento de desórdenes alimenticios y en el daño autoinfligido.
Si bien la mayoría de los niños han perdido terreno en su aprendizaje en varios grados desde marzo, algunos han estado bien debido a que han pasado tiempo de calidad con sus padres y cuidadores, dijo Spielman.
Las escuelas y guarderías infantiles cerraron sus puertas a la mayoría de los niños en marzo cuando la pandemia de coronavirus comenzó a afectar a Gran Bretaña.
Desde entonces, y de acuerdo con Kirsty Williams, ministra de Educación de Gales, la pandemia ha hecho “imposible garantizar la igualdad de condiciones para que los niños y jóvenes puedan volver a las aulas” y de esta forma “eliminar la presión a los estudiantes”.
Con información de AP
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