El hospital ya ha visto dos o tres casos similares en los últimos años, en donde los pacientes de entre 10 a 15 años meten objetos extraños a su cuerpo
Dicen que el inicio de la pubertad es un periodo de descubrimiento físico para muchos jóvenes, pero pocos de ellos se atreven a hacer lo que hizo este niño de 11 años el cual sorprendió a médicos de un hospital de China.
De acuerdo con medios locales, el menor llegó al área de urgencias señalando un fuerte dolor de estómago y vejiga, sin embargo, cuando los doctores le realizaron unos rayos X encontraron varios objetos extraños atorados dentro de su uretra.
Los hechos ocurrieron en el Hospital de la Universidad de Zhejiang donde los médicos le cuestionaron al niño sobre la presencia de lo que parecían ser balines, el pequeños aceptó haber metido las bolas magnéticas en su propio pene “por curiosidad”.
Luego de una cirugía de varias horas, el especialista Tao Chang informó que “las bolas se pegan unas a otras y es difícil eliminarlas como un bulto completo, por lo que al principio solo podíamos recoger dos o tres a la vez. Después de sacar unas 50 bolas, las restantes formaron una línea y las sacamos de una vez“.
Tao explicó que la uretra de un niño de esa edad podría permitir que un objeto de hasta siete u ocho milímetros de diámetro pasara sin problemas.
Afortunadamente para el joven paciente, cada una de las bolas magnéticas tenía tan solo cinco milímetros de ancho.
Este tipo de bolas no solo son muy populares en China, sino que pueden comprarse paquetes de 200 bolas por unos 5 euros al cambio. Por tanto, es frecuente que los médicos adviertan a los padres que no compren estos artículos como juguetes.
De hecho, Tao explicó a los medios que solo en el hospital ya ha visto dos o tres casos similares en los últimos años. Los pacientes suelen ser niños de entre 10 a 15 años, y “su preferencia varía desde cables eléctricos hasta agujas”.
Por ejemplo, en un caso en la provincia de Henan los médicos retiraron un cable USB de 40 centímetros de largo del pene de un joven de 18 años. El chico dijo que lo había insertado hace un año, pero estaba demasiado avergonzado para contarlo a pesar del dolor.
Otro incidente similar involucró a un niño de 13 años en la provincia de Heilongjiang, noreste de China. El adolescente recibió una cirugía para quitarle un cable eléctrico de 10 centímetros de largo del pene. En ese caso los doctores lo encontraron anudado en su vejiga
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