Los pequeños menores de dos años, son los más propensos a morir por neumonía, siendo los países en vías de desarrollo los más afectados por la estadística
EL 12 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Neumonía, en el marco de este día, el Fondo de las Naciones Unidas (ONU) para la Infancia, Unicef, entre otras entidades, presentaron un estudio sobre esta enfermedad.
Cada 39 segundos un niño muere por causa de la neumonía, lo que en 2018 se tradujo en un total de 800 mil víctimas, la mayoría de ellas menores de dos años.
De estas víctimas, 153 mil fallecieron en su primer mes de vida. Desde la ONU también destacan que más de la mitad de estas defunciones se concentraron en cinco países: Nigeria (162 mil), India (127 mil), Pakistán (58 mil), la República Democrática del Congo (40 mil) y Etiopía (32 mil).
Los niños de alto riesgo de contraer pulmonía, causada por bacterias, virus u hongos y caracterizada por dificultar la respiración mientras los pulmones se llenan de pus y otros fluidos, son los que tienen sistemas inmunitarios débiles a causa de la desnutrición, además de los que padecen otras infecciones como el VIH y los que los que viven en zonas altamente contaminadas.
¿Cómo prevenir la neumonía?
La neumonía es la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios, y aunque su causa habitual son las bacterias, también virus como el de la gripe y el de la varicela pueden originar esta enfermedad.
La neumonía constituye la principal causa de mortalidad infantil en el mundo, y supone anualmente entre el 15 y el 20% de todas las muertes de menores de cinco año, acabando con más vidas que la malaria, el ébola, el zika, la tuberculosis y el sida combinadas. Por todo ello, evitar la infección es vital tanto en niños, como en adultos.
Agunas medidas para evitarla son:
- Medidas de higiene: lavado de manos, uso de cubrebocas para evitar contaminación y dispersión de gérmenes.
- Una alimentación adecuada es clave para mantener altas las defensas de los menores y la población con el sistema inmune más debilitado. En este sentido, en los menores es clave la alimentación mediante lactancia materna durante los seis primeros meses de vida; ya que se ha demostrado que además de prevenir la neumonía, ayuda a reducir la duración de la enfermedad.
- Controlar los factores ambientales: minimizar la exposición a factores ambientales de riesgo, como es el caso de la contaminación del aire interior (mantener las cocinas de interior limpias) o implementar una higiene adecuada en hogares hacinados (sobre todo en regiones más pobres).
- Abandono del tabaquismo: el consumo de tabaco está asociado a un incremento de la Neumonía Adquirida en la Comunidad de cualquier origen causal. Los fumadores tienen un riesgo 4 veces superior de presentar una enfermedad por neumococo invasiva (afectación general por infección por neumococo) que los no fumadores, con el consecuente empeoramiento pronóstico. Diversos estudios han constatado el beneficio que implica dejar de fumar, pues se ha observado que a los cinco años de suprimir el consumo de tabaco, el riesgo de sufrir una neumonía se reduce en un 50%.
- Vacunación antigripal: es la única medida preventiva que ha demostrado la disminución de la incidencia y de la morbi-mortalidad por neumonía en la población de edad avanzada y en los afectados por enfermedades cardiorespiratorias crónicas. Debe realizarse según las recomendaciones y pautas anuales notificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Está indicada en mayores de 60 años, en enfermos crónicos o inmunodeprimidos (a partir de los 6 meses de edad), y en todos aquellos que al ejercer su actividad profesional (personal sanitario, fuerzas de seguridad, profesores, cuidadores de ancianos, etc.) entren en contacto con personas de alto riesgo a las que les podrían transmitir la gripe.
- Vacunación contra el neumococo: eficaz para la prevención de complicaciones como la enfermedad invasiva por neumococo, y el empeoramiento pronóstico en neumonías hospitalarias. Indicada la vacunación en mayores de 60-65 años, según el calendario vacunal de cada comunidad autónoma), y en personas entre los 2 y 65 años con enfermedades crónicas e inmunosupresión, y en aquellos pacientes sin bazo.
DMS
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