Nelson Mandela luchó contra el
apartheid, siendo declarado culpable de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al Gobierno en el conocido juicio de Rivonia
El nombre de Nelson Mandela evoca a resistencia pacífica, lucha por la libertad y defensa de los derechos humanos; preso “sin perder su libertad”.
Abogado, activista político contra el apartheid y el primer presidente de color de Sudáfrica, Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de Julio de 1918. Pasando a la historia por su labor humanitaria en la promoción del respeto y aceptación entre las relaciones interraciales, así como la reconciliación e igualdad entre los géneros, y visibilizarían de los grupos sociales vulnerables.
Preso político por varios años por su lucha pacífica contra el apartheid en Sudáfrica, trabajó por la reconciliación entre los habitantes de su país, llegando a ser el primer presidente negro de la nación, entre 1994 y 1999, dando voz a las víctimas de crímenes cometidos durante dicho régimen, por medio de lo que él llamó, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación.
Por esto, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en noviembre de 2009 que cada 18 de julio sería el «Día Internacional de Nelson Mandela», como reconocimiento de la contribución aportada a la cultura de la paz y la libertad, y de demostrar que cada persona puede ser el detonante un gran cambio dentro de sus comunidades, con sencillas acciones.
En 2015, la Asamblea General de la ONU decide ampliar los objetivos de esta fecha, agregando dentro de sus prioridades la promoción de mejores condiciones para quienes están privados de libertad, recordando que también son parte de la sociedad, y valorar la labor del personal penitenciario.
A propósito de que Mandela pasó 27 años preso en paupérrimas condiciones, antes de convertirse en presidente de Sudáfrica y haber sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993.
El apartheid es una de los capítulos de la historia más siniestros, basado en un sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia que consistía en la creación de lugares separados, prohibiendo matrimonios o relaciones sexuales entre blancos y negros. Esto con la finalidad de preservar el poderío de la minoría blanca de Sudáfrica.
En este contexto, desde un inicio Mandela trató de defender a la raza negra; en una primera instancia como abogado y después como comandante en jefe de Umkhonto we Sizwe (MK), brazo armado del Congreso Nacional Africano en la lucha contra el régimen racista que fue un gesto desesperado en un hombre bueno, que siempre se había proclamado seguidor de la no violencia.
Sin embargo, tras una masacre que cobró la vida de 69 personas en una manifestación en la ciudad de Sharpeville el marzo de 1960, un par de años después Mandela fue detenido por la policía sudafricana al regreso de un viaje para recaudar fondos, y sentenciado a cinco años de cárcel. Pero estando preso lo declaran culpable de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al Gobierno en el conocido juicio de Rivonia.
Dando paso así al mito para algunos que lo convirtieron en uno de los hombres más influyentes de todos los tiempos, mientras que para otros era un vil terrorista.
Hasta febrero de 1990 cuando el presidente Frederik de Klerk accedió para abrir el camino a la abolición de la segregación racial, legaliza el Congreso Nacional Africano y liberar a Mandela.
En 1993, éste y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz y el 27 de abril de 1994 se convirtió en mandatario.
Al asumir el cargo como presidente se centró en la reconciliación entre los grupos étnicos y, junto con el arzobispo Desmond Tutu, creó la Comisión de Reconciliación y Verdad de Sudáfrica para ayudar la nación a aceptar los crímenes cometidos bajo el apartheid.
Después de su retiro de la política activa en 1999, Madiba, como es llamado cariñosamente por muchos sudafricanos, se dedicó a causas sociales, ayudando a niños y pacientes con VIH-SIDA. Retirándose de la vida pública en 2008, siendo el Mundial de 2010 su última aparición previa a su muerte el 5 de diciembre de 2013 a los 95 años, tras padecer una prolongada infección respiratoria,
El 6 de diciembre, Jacob Zuma, entonces presidente de la República Sudafricana, declaró diez días de luto nacional, anunciando que los funerales se llevarían a cabo en el estadio Soccer City de Johannesburgo el día 10 del mismo mes, con la presencia de la comunidad internacional.
Por su parte, António Guterres, secretario General de la ONU, en su mensaje con motivo del Día Internacional de Nelson Mandela se refirió a él como un extraordinario defensor mundial de la dignidad y la igualdad, “un ejemplo de valor, compasión y compromiso con la libertad, la paz y la justicia social. Vivió con arreglo a esos principios y estuvo dispuesto a sacrificar su libertad e incluso su vida por ellos”.
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