¡Hasta siempre Quino! Un contestatario que permitió ver al mundo de otra manera. Un hombre que esperó a que su pequeña cumpliera años, para irse a descansar
Papá ¿podrías explicarme por qué funciona tan mal la humanidad? Porque como siempre; apenas uno pone los pies en la tierra y se acaba la diversión. Y no es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito. O ¿será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas? En donde como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.
Aunque claro, también está el problema de las mentes cerradas que siempre tiene la boca abierta. Por eso yo diría que nos pusiéramos todos contentos sin preguntar por qué. Pues ¿no sería más progresista preguntar a donde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar? Porque la vida el linda, lo malo es que muchos confunden linda con fácil.
Y es que el problema, es que hay más gente interesada que gente interesante. Tal vez lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría. Comenzaríamos el día con una sonrisa y veríamos lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo.
O ¿a poco no? ¡Qué levante la mano los que estén hartos de ver el mundo manejado con los pies! Aunque claro, la vida no debería echarlo a uno de la niñez sin antes conseguirle un buen puesto en la juventud. Y es que si no haces cosas estúpidas cuando eres joven no tienes nada de qué sonreír cuando estés viejo.
¡Hasta siempre ‘Quino’! Un contestatario que permitió ver al mundo de otra manera. Un hombre que esperó a que su pequeña cumpliera años, para irse a descansar. #AbreLosOjos @FranciscoZea @ElOpinadorTV por @ImagenTVMex pic.twitter.com/ePxify7XHO
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En un lugar donde tengamos en orden las prioridades, pues ¿no sería hermoso el mundo si las bibliotecas fuesen más importantes que los bancos? Y sí, se que suena a locura, pero recuerden que los locos a veces se curan, pero los imbéciles nunca. En fin, por lo pronto, que paren el mundo… pues Quino murió.
Por fortuna nos deja a su pequeña niña contestataria que durante 56 años nos ha enseñado cómo entender mejor el mundo de la mano del sentido del humor. Una mirada que de 1964 a 1973 generó miles de aventuras que hoy están más vigentes que nunca. Llenas de aprendizajes y múltiples reflexiones. Con un legado que mucho podría enseñarles de economía, política, capitalismo y orden mundial a quienes se jactan de dirigir al mundo.
Un ícono nacional argentino que en muchos países de habla hispana hemos adoptado con cariño. Por eso desde aquí va este pequeño homenaje al tímido hijo de emigrantes andaluces quien a través de su creatividad nos enseñó una linda forma de odiar la sopa, una persona que dibujaba porque le costaba trabajo hablar, un hombre que esperó a que su pequeña cumpliera años, para poder irse a descansar 88 años y 1928 tiras después, descanse en paz el maestro Joaquín Lavado, Quino.
IPR
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